Hablamos con Myriam, militante de CNT para que nos cuente su
experiencia en la Acampada Dignidad de Mérida tras el fin de la misma
cuando el pasado 9 de mayo la Asamblea extremeña aprobó la ley de Renta
Básica.
El pasado 9 de mayo se puso fin a la
Acampada Dignidad. Ese día la Asamblea extremeña aprobó la ley de Renta
Básica propuesta por el PP más las aportaciones de IU. El PSOE también
votó a favor. Habían pasado 80 días con sus respectivas noches desde que
se inició la acampada. Hablamos con Myriam, de CNT Badajoz y una de las
promotoras de la acampada en Mérida para que nos cuente esta
experiencia.
J. Álvarez | Periódico CNT
Pregunta.- ¿Cómo surgió la idea de hacer una Acampada y por qué no otro tipo de protesta?
Respuesta.- Hace más de
un año en el seno de la Trastienda (grupo de personas que no reuníamos
para discutir y buscar salidas a las cada día mas apretadas medidas del
Gobierno) nace la idea, ante las cada día mas crecientes necesidades de
la población extremeña, de iniciar una recogida de firma por la Renta
Básica.
Durante casi un año un grupo no muy
importante de personas hemos recogido 27.000 de las 45.000 que nos pedía
el gobierno autonómico casi exclusivamente en las puertas de las
oficinas de empleo de Badajoz, Cáceres, Plasencia, Don Benito,
Almendralejo y Mérida.
Estas recogidas de firmas han ido acompañadas de reuniones en la Asamblea de Extremadura
con los secretarios de los principales grupos políticos (que ni han
servido ni servirán para nada), charlas de concienciación,
manifestaciones, acciones reivindicativas, marchas andando desde Badajoz
a la capital autonómica, asambleas en las barriadas mas desfavorecidas
de las ciudades de Extremadura,
concienciación, asalto al Carrefour ante las necesidades alimentarias de
la cada día mas desfavorecida población sin nada que llevarse a la boca
y un largo etc que nos llevaron a un dinamismo de luchas casi diarias y
a concienciar a una larga lista de personas a estar en la calle, a la
acción directa y a despertar.
El Gobierno de Extremadura
ante la entrada de las firmas entregadas por la ILP de la renta Básica
el pasado diciembre, inicia un proceso de escritura de un proyecto de
ley para una renta básica. Cuando recibimos el borrador de dicho
anteproyecto de ley, rapidamente saltaba a la vista que no dejaba de ser
una usurpación del nombre, una mentira mas del gobierno autonómico y
una forma de ganarse el favor de los mas desfavorecidos.
El proyecto no cubre mas de 5.000 de las
80.000 personas sin ningún tipo de cobertura económica que existe en
nuestra región. Es una manera mas de este gobierno de criminalizar la
pobreza, con una vigilancia intensiva a toda aquella persona que la
recibe a través de la asistencia social.
La Acampada surge en asamblea, en la
puerta de la oficina de empleo, tras una acción realizada con familias a
quienes se les ha cortado el agua en sus hogares, ante la negativa del
ayuntamiento a ningún tipo de ayuda a su problema. La asamblea formada
aquella tarde-noche, rodeados de policías nacionales y municipales tenía
muy claro que el fin era acampar, por tiempo indeterminado, lloviera o
cayera la helada mas horrenda y que de allí no nos movían aquella noche
si no era con lecheras, dirección al calabozo, conscientes, mayores de
edad, con ganas de luchar, con las pilas cargadas.
P.- Y porqué no otro tipo de protesta?
R.- Porque sabemos que en Extremadura
la calle hace presión, que una acampada no son dos días de marcha, que
si aveces surgen diferencias en una concentración, o en una
manifestación de dos horas, imaginaros la superación diaria que debe
haber en el campamento con gentes tan distintas, pero activistas al fin y
al cabo, con un fin común: la lucha social. El campamento cada día ha
sido unión, escuela de enseñanza de desobediencia civil para todas las
personas que se acercaban, grupo que cada día crecía en objetivos antes
las continuas presiones y mentiras a las que estamos sometidas.
P.- ¿Qué tipo de personas participaron en la Acampada?
R.- A estas alturas
habría que preguntarse que gente no participó en la Acampada [risas]. La
gente de la Acampada no teníamos siglas, es evidente que cada una tiene
su escuela y esas cosas la lleva una muy dentro y por eso me alegraba
ver el carácter asambleario de las reuniones y la forma de lucha en la
calle, las tomas de las consejerías, las ganas de la gente y la cada día
más creciente necesidad de todas a que esto cambie, a que si nos quitan
las viviendas okupemos un edificio, a que si el gobierno no responde,
organicémonos de otra manera y claro, ver eso en personas que jamás han
mostrado ningún tipo de actividad social para mi era motivo de fiesta
todos los días.
Se creó en la Acampada, por ejemplo, un
grupo de trabajo "Stop Desahucios Mérida y alrededores" con 14
desahucios paralizados en 45 días, acercando gente que jamás hubiera
pensado en separarse de su mando a distancia para luchar por nada.
La unión de personas desahuciadas por
bancas y por el Gobierno extremeño (VPO) está creando mucha
incertidumbre, según el Director General de Bienestar Social de la Junta
de Extremadura en la primera reunión
mantenida "los pobres de las barriadas más desfavorecidas y los nuevos
pobres no debían mezclarse". La unión hace la fuerza, está claro.
P.- ¿Cómo era un día normal en la Acampada?
R.- La Acampada
Dignidad era un trasiego de personas. Cada día más personas se acercaban
a dar comida, dinero, compañía o cariño. Todos los días había cosas que
hacer, cuando no estábamos en la puerta de un banco, estábamos
reclamando nuestros derechos en la Asamblea de Extremadura
o una reunión con el consejero de turno, taller de cartelería, teatro
para niños y niñas, lectura de cuentos y poemas, preparando una mani, o
realizando una charla o creando un grupo para una u otra cosa. Por las
tardes hacíamos las asambleas y es cuando más llena estaba la plaza. No
se admitió alcohol en el Campamento Dignidad. El primer día se quedaron
claras las normas de convivencia.
P.- ¿Cómo lo han recibido las diferentes organizaciones sociales y políticas? ¿Tenéis contacto con ellas? ¿Y con la Junta?
R.- Las ratas rastreras
del PSOE, IU y sindicatos oficiales estaban todos los días merodeando
alrededor a ver qué trocito de gloria se podían llevar. Es un papel
repulsivo conocido por todas, es su juego de poder. Y andaban merodeando
como buitres, sin ofrecer nada bueno, solo miserias, unas fotocopias
unos, unos eurinos otros. No participaban en la acampada, solo si había
cámaras delante, son unos buitres todos y todas.
Lamentablemente el contacto no deja de
ser continuo, la Iniciativa Legislativa Popular por la Renta Básica
debía ser defendida en Asamblea y nuestro papel era intentar que se
dieran cuenta que para muchas personas esa Renta Básica es mas que
necesaria. Debo decir que en esto mi lado humano me puede, ver gente que
vive con miserias es algo difícil de llevar.
Escuché burradas como la de una
concejala del Ayuntamiento de Mérida que manifestaba que en África no
había agua corriente en los hogares, delante de las familias afectadas
por los cortes, a lo que la evidente respuesta fue 'Señora Concejala, no
se vaya usted tan lejos, que África la tiene usted aquí en esta sala'.
El lamentable papel del presidente de la Asamblea de Extremadura
expulsando al colectivo, incluso creando una lista negra de personas no
gratas, dejó en evidencia la fuerza del mismo y más aún cuando al día
siguiente, se disculpó en una reunión con miembros del campamento
delante de toda Extremadura en una
reunión emitida en directo solo realizada con tal fin y con el de dejar
al colectivo entrar de nuevo en la Asamblea Autonómica.
P.- El pasado año La
Trastienda, junto con el apoyo de otras organizaciones, organizó una
marcha de 60 km. desde Badajoz a Mérida, al estilo de las organizadas
por el SAT andaluz, por la Renta Básica ¿qué valoración se puede hacer
de aquella marcha.
R.- La salida de
Badajoz fue multitudinaria, nos acompañaron gente de distintos
colectivos (15M, CSOA La Brecha, Colectivo Cala de Alburquerque, Paradas
y precarias, gente de Baladre de Málaga...). Fue una caminata muy dura
por las condiciones climáticas, pero al igual que en el caso del
campamento resultó impresionante la ayuda ofrecida por la gente de los
pueblos por los que íbamos pasando y que se iban sumando. La media de
caminantes era de unas 80 personas, que junto a los coches de la Guardia
Civil recorrimos durante dos días las carreteras junto al Guadiana. Nos
pusieron muchas trabas pero la llegada a Mérida fue espectacular.
Para mi cualquier tipo de manifestación
ciudadana que implique incomodidad al poder y que tenga un seguimiento
tan popular es realmente un motivo de alegría y la valoración es siempre
positiva. Está claro que este tipo de acciones se realizan para llamar
la atención y crear expectativas por tanto, objetivo cumplido.
P.- Por último, ¿quieres añadir algo más?
R.- El Campamento
Dignidad ha sido otro pasito más de desobediencia, que tanto nos gusta.
Vamos a lograr todo lo que nos hemos propuesto, esta batalla no ofrece
tregua, estamos dispuestas a desarrollar la imaginación en pro de seguir
en la lucha, aún nos quedan muchas cosas por hacer y por decidir.
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