29/12/2012
Había
llegado el momento esperado nueve meses después. Nueve meses inventando
en la memoria el futuro encuentro. Nueves meses de angustia,
intranquilidad, desesperación y culpa profunda. Nueve meses ahorrando
día a día para poder hacer realidad este sueño, este deseo, esta
responsabilidad de madre. Los nervios no le dejaron conciliar el sueño
esa noche, tendría que adelantarse al sol para coger pronto el tren que
le acercara al destino. Por más que había preguntado en la estación, no
lograba dar con una buena combinación de horarios. De Burgos a
Valladolid el tren no tardaba mucho, el problema era que la cárcel de
Villanubla quedaba lejos de la ciudad, sin transporte público que la
acercara a la puerta. Además la dolencia crónica que padecía en los
huesos, se le había agravado con el frío y no podía caminar mucho, por
lo que descartó realizar andando los más de tres kilómetros que
separaban la última parada del autobús del primer control de la cárcel
por el arcén de la mortífera carretera nacional. La única opción posible
era coger un taxi de ida y vuelta hasta allí, lo que postergó nueves
meses el encuentro con su hija presa, que es el tiempo que tardó en
ahorrar los sesenta euros que este costaba. Su cada vez más mermada
pensión no daba para estos "lujos". A veces se preguntaba cual era el
delito que ella había cometido para tener que cumplir también esta pena,
¿ser madre de una hija? ¿vivir en Burgos? ¿no tener recursos?.... Pero
hoy era el día, nueve meses después y eso era lo único que le llenaba el
alma.
P.D.- Las mujeres presas de Burgos, Soria, Palencia, Zamora y Segovia tienen que cumplir sus condenas fuera de sus lugares de origen porque en las respectivas cárceles de esas localidades no hay módulos de mujeres para el cumplimiento de las penas, lo que dificulta entre otras cuestiones el contacto con sus familias y la posible "reinserción".
P.D.- Las mujeres presas de Burgos, Soria, Palencia, Zamora y Segovia tienen que cumplir sus condenas fuera de sus lugares de origen porque en las respectivas cárceles de esas localidades no hay módulos de mujeres para el cumplimiento de las penas, lo que dificulta entre otras cuestiones el contacto con sus familias y la posible "reinserción".
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