Profesor de la Universidad de León y miembro del PCE
Los ajustes aplicados hasta ahora en España son insuficientes para la
Comisión Europea (CE). Las autoridades comunitarias, en un ejercicio
del cinismo más absoluto, han vuelto a exigir que se retrase aún más la
edad de jubilación, ajustándola a la esperanza de vida, con el objetivo
de frenar el pago de las pensiones a los mayores y poder así afrontar
con más solvencia el pago de la deuda a los bancos de la Unión Europea.
El próximo día 1 de enero de 2013 ha entrado en vigor la reforma de las
pensiones aprobada con el Gobierno socialdemócrata de José Luis
Rodríguez Zapatero en 2011, y que supone retrasar la edad de jubilación
de 65 a 67 años. Además, esta reforma de las pensiones establece también
un incremento de los años que se tendrán en cuenta para calcular la
pensión, que pasarán de 15 a 25. Incluso en ella se establece la
revisión del sistema de pensiones para adaptarlo a la esperanza de vida,
aunque no concretaba cómo. La Comisión Europea advierte que aunque esta
reforma de ZP es “positiva” y va por buen camino, quieren aún más
sangre, nuestra sangre, sudor y lágrimas. «Se necesita contener más el
aumento del gasto relacionado con el envejecimiento de la población para
contribuir a la sostenibilidad de las finanzas públicas a largo plazo»,
indica textualmente el informe de la Comisión Europea. El Comisario y
vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, añade en el
texto que «España debería garantizar un vínculo claro de la edad de
jubilación con cambios en la esperanza de vida, de forma que el gasto en
pensiones pueda frenarse a largo plazo».
La Comisión Europea no nos exige perseguir el fraude fiscal, ni la
economía sumergida, ni los paraísos fiscales, ni aplicar una fiscalidad
progresiva, ni establecer topes salariales de los altos cargos, ni
imponer tasas a las transacciones financieras, ni evitar las amnistías
fiscales a los defraudadores, ni dejar de rescatar a los bancos con
cifras multimillonarias. No. La Comisión Europea pide que sea a los
trabajadores y trabajadoras españoles que sufrimos este saqueo
multimillonario, este expolio económico y de derechos sin precedentes en
la historia, a los que se nos siga explotando hasta morir. De esta
forma, lo que hemos pagado de nuestras nóminas a la Seguridad Social
para nuestras futuras pensiones, podrá ser empleado impunemente en el
pago de la deuda generada por los bancos, los inversores del pelotazo
urbanístico y las grandes financieras de capital-riesgo. A no ser que
resucitemos para protestar.
Si tenemos en cuenta que la edad para empezar a trabajar (caso de que
no se continúe estudiando) se sitúa entre los 18 y los 20 años, la
aspiración de treinta y cinco años de trabajo, para gozar de una
jubilación honorable antes de morirse, deberían ser más que suficientes.
Es obvio que, la esperanza de vida ha subido en los países del norte,
pero cualquiera que repase, con alguna curiosidad estadística, las
páginas de esquelas de nuestros barrios y municipios podrá darse cuenta
de que la mayoría de las personas fallecidas superan en muy poco la edad
de jubilación. Y en buenas condiciones físicas, una ínfima minoría.
En España, el requisito legal para cobrar el 100% de la jubilación
serán los 67 años “gracias” al PSOE, siempre que se acrediten 35 años de
cotización. Aunque el PP empieza a hablar de elevarla hasta los 40. Nos
tenemos que preguntar qué va a pasar con ese 52% de jóvenes actualmente
en paro, que no encuentran trabajo y que cuando lo encuentren
trabajarán a salto de mata con la actual reforma laboral y los
“minijobs” que se han extendido. Cómo van a conseguir cotizar 35 años en
las actuales condiciones laborales con trabajos precarios, temporales,
donde muchas veces les contratan y cotizan por la mitad del tiempo que
trabajan realmente. A este paso parece que los mercaderes de la Unión
Europea, que se han alzado a los puestos de Comisarios Europeos, quieren
que algunos salgan del cementerio para poder completar el tiempo de
cotización necesario.
El debate sobre las pensiones, coincide siempre con alguna crisis del capitalismo
Este debate sobre las pensiones es un debate que se presenta
cíclicamente coincidiendo con alguna crisis del capitalismo. En el 2007,
el Instituto Nacional de Estadística indicó que la esperanza de vida de
los hombres había aumentado en 2,1 años y el de las mujeres en 2,4
años. Un año más tarde comenzaron los rumores a propósito de prolongar
la vida laboral de la población activa. Curiosamente, éste fue el
momento que el gobierno del PSOE eligió para proponer que se prolongara
la edad de jubilación en dos años, pasando de los 65 a los 67 años. Este
debate es también un debate amañado, argumentando falazmente la
supuesta insostenibilidad del sistema de pensiones con el progresivo
envejecimiento de la población. Es dudoso que las actuales generaciones
criadas en el capitalismo de la precariedad, de la contaminación, del
estrés, de la comida basura y de los contratos basura sobreviva más
tiempo que las generaciones anteriores que vivieron en unas condiciones
más duras, pero bastante más saludables a la larga.
La Comisión Europea pide que sea a los trabajadores españoles a los que se nos siga explotando hasta morir
Además, con la esperanza de vida del hombre en 77 años y la de la
mujer en 83 años, tendrán sólo entre 10 y 16 años para disfrutar de su
jubilación tras haber cumplido los 67 años. El CSIC indica asimismo que
las personas mayores pasarán una media de 9,34 años padeciendo una mala
salud. Lo cual significa que nos habremos matado a trabajar para
disponer de unos meses en el caso de los hombres y un año o muy pocos
más en el caso de las mujeres para disfrutar de una merecida jubilación
con cierta calidad de vida. Jubilación que hemos pagado por anticipado
con nuestros impuestos y que se quiere destinar a pagar a los bancos y a
las multinacionales la deuda que ellas mismas crearon.
Bonito negocio, supervisado por los mercaderes de la Unión Europea.
Trabajar hasta morir para que unos pocos puedan vivir sin trabajar.
Viviremos para pagar su deuda, hasta morir reventados. Es la nueva
esclavitud legalizada y normalizada en el siglo XXI. Volvemos a la época
feudal y hay pocos Robin Hoods.
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