Sheila Salinas López es auxiliar de ayuda
a domicilio en paro. Su marido, que se dedicaba a la construcción,
tampoco trabaja. Tienen tres hijos y sus ingresos no superan los 426
euros al mes, que es la ayuda que ella está recibiendo y que pronto se
le terminará. Sheila y su marido viven en un piso de la Junta en la
barriada emeritense de Bellavista y aseguran que después de pagar el
alquiler y las facturas, apenas les quedan 140 euros para comer y
sufragar los gastos de dos niños de 14 y 6 años porque el mediano, de
10, se ha tenido que ir a vivir con su abuela a Calamonte.
Para
poder sobrevivir, Sheila ha ido prescindiendo de gastos como el abono de
la comuhnidad de vecinos. "Ni me acuerdo de los recibos que debo, pero
es que no puedo", asegura. Con 32 años, reconoce que su familia come
actualmente gracias a la pensión de sus abuelos y la ayuda de sus
vecinas. "Entre todas me compraron una bolsa de comida, me prestaron 100
euros hace poco... y así estamos", se lamenta. Sheila adeuda además más
de 200 euros a la dueña de una tienda de alimentación del barrio. "Es
la primera vez que me veo en esta situación. A mí nunca me ha faltado el
trabajo", asegura desolada.
Aún no sabe si cumplirá con los
requisitos, pero Sheila y su marido solicitarán la renta básica. "Yo no
pido lujos, solo poder llenar la nevera, porque todos tendríamos que
tener derecho a no pasarlo tan mal, a no tener la preocupación de no
tener qué comer", apunta. La renta básica le completaría la prestación
que tiene actualmente, según sus necesidades, para que su familia pueda
vivir dignamente.
Sheila es auxiliar de ayuda a domicilio, pero
ahora mismo trabajaría de lo que fuera. Incluso se ha marchado a
Barcelona a casa de unos familiares a buscar trabajo en los hoteles de
la costa. "Para limpieza, para cuidadora de aparcamientos... he echado
currículums por todos sitios pero es que no hay nada de nada", confirma.
El marido de Sheila también está en el paro y no cobra ninguna
prestación, pero actualmente no puede buscar trabajo por problemas de
salud a causa de un accidente de tráfico. Ambos esperan que la Ley de
Renta Básica, además de ayudarles a paliar su situación en la medida de
lo posible, "reconozca eso, el derecho de toda persona a no pasarol tan
mal y al menos, a no tener la preocupación de cómo llenar la nevera. No
se puede que unos tengan tanto y otros tan poco", reclama Sheila desde
Mérida.
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