30 de diciembre de 2011

Manuel Cañada recoge en un libro la "lucha obrera" de los yeseros de Badajoz

Jueves, 29 de Diciembre de 2011

En su opinión, el libro escrito por Joaquín Vega, Manuel Cañada y el colectivo de yeseros y escayolistas pacenses quiere "encender en el pasado la chispa de la esperanza del presente"
El ex coordinador regional de IU en Extremadura Manuel Cañada ha recogido en un libro la "lucha obrera" de los yeseros y escayolistas de Badajoz, que en 1988 y durante cinco meses lucharon para que se vieran reconocidos sus derechos laborales.

El libro "La huelga más larga", que ha sido presentado hoy en Badajoz, sirve de referencia "en momentos como los actuales" a la lucha actual del obrero por sus derechos, según ha señalado Manuel Cañada.

En palabras de Cañada, esta huelga cambió el modelo habitual de la construcción pacense, caracterizado por "la designación por el constructor del escayolista a dedo".

En su opinión, el libro escrito por Joaquín Vega, Manuel Cañada y el colectivo de yeseros y escayolistas pacenses quiere "encender en el pasado la chispa de la esperanza del presente".

El 10 de agosto de 1988, los yeseros y escayolistas pacenses iniciaron una huelga para que su gremio fuera reconocido, pues hasta ese momento no disponían de derechos básicos como "indemnizaciones, vacaciones o pagas".

En opinión de Cañada, la huelga logró "beneficios insólitos", como que el gremio fuera reconocido en un anexo del "Convenio Colectivo de la Construcción", situación que "no se da en ninguna provincia".

Al acto de presentación del libro también asistieron dos de los máximos responsables de la huelga de 1988, los yeseros Manuel "Tote" Martín y Fermín Gutiérrez.

Martín explicó que la huelga se inició de forma "tímida", solicitando "un mayor cobro por el metro cuadrado trabajado", pero se convirtió en una demanda por conseguir derechos para este gremio, y ha añadido que "las zancadillas vinieron de los empresarios, pero también de "los propios compañeros".

En la presentación también se encontraba el responsable de la Editorial Baladre, Manuel Sáez, quién explicó que no pretenden rentabilidad con el libro "sino mostrar cómo esta huelga fue un hito en el país extremeño y en el estado español".

28 de diciembre de 2011

SOS Parke

 Concentración de apoyo jueves 29

Logo Koordinadora del Parke logotipoHUELGA DE HAMBRE Y ESTANCIA INDEFINIDA! CAMPAÑA S.0.S. PARKE
CONCENTRACIÓN DE APOYO JUEVES 29 A LAS 7h DE LA TARDE Frente a la GENERALITAT VALENCIANA
Después de mas de cuarenta días de Estancia en la ciudad de Valencia y de meses de Campaña reivindicativa nos hemos visto obligados a comenzar una huelga de hambre indefinida que comenzó ayer día 22 de Diciembre con la toma simbólica de la Catedral de Valencia con el apoyo de un par de centenares de personas comenzó esta dramática acción de protesta para seguir exigiendo...

CREACIÓN DE UN ESPACIO PUBLICO CON PARTICIPACIÓN DE LA CIUDADANÍA, EL AYUNTAMIENTO, ASOCIACIONES, COMERCIOS, ENTIDADES BANCARIAS, CARITAS PARROQUIAL, COLEGIOS.
PARTICIPACIÓN DIRECTA CON CAPACIDAD DE DECISIÓN EN LOS PRESUPUESTOS MUNICIPALES Y QUE SE ARTICULEN MEDIDAS SOCIALES ANTE LA CRISIS.
PAGO INMEDIATO DE RETRASOS DE LA GENERALITAT VALENCIANA Y LOS AYUNTAMIENTOS A LAS ORGANIZACIONES COMUNITARIAS. 

“El Parque” es un pueblo en forma de barrio dormitorio situado a ocho Km. al sur de la ciudad de Valencia, perteneciente al municipio de Alfafar) Con unas cifras de desempleo desde finales de los 70 de más del 30% llegando a casi el 40% en la actualidad. Mas del 70% viviendo por debajo del umbral de la pobreza.
En nuestra población poco a poco desde los años 90 se fue poniendo en pie este proyecto comunitario para dar respuesta al empobrecimiento, con iniciativas de economía social, cooperativas, Talleres de formación programas sociales, Centros de día de “Pékes”, de Jóvenes, etc. Arrancando la financiación a las instituciones locales y autonómicas en un proyecto que significa la apuesta por el desarrollo de la participación ciudadana de tal forma que se pueda plantear en la práctica la gestión de los recursos que hay monopoliza la administración del estado por parte de la ciudadanía.

El proyecto comunitario está en una situación absolutamente dramática, las instituciones, Generalitat Valenciana (SERVEF, D. G Bienestar social) y Ayuntamiento de Alfafar, están retrasando el pago de más de 300.000 €, esto significa que un buen número de trabajadores comunitarios llevan cinco meses sin cobrar; y alquileres, material educativo y laboral sin poder pagar.

Los derechos humanos no pueden ser una lírica abstracta sino la piel que envuelva la humanidad, cuando unos trabajadores llevan varios meses sin cobrar cuando una población de 10.000 habitantes tiene cifras de desempleo de mas del 35% y mas de la mitad de la población vive por debajo del llamado umbral de la pobreza, pero no de ahora, sino desde hace décadas, estamos hablando de las bolsas de pobreza que fueron el precio a pagar por el desarrollo de los últimos cuarenta años , ahora que el conjunto de la sociedad esta en crisis, que hacemos con aquellos que nunca dejaron de estarlo?, señores tienen respuesta?, nos queda conciencia más allá de las luces Navideñas y las buenas palabras?, eso es lo que esta campaña  S.O.S. Parke plantea.

CONCENTRACIÓN DE APOYO JUEVES DÍA 29 A LAS 7 DE LA TARDE FRENTE A LA GENERALITAT VALENCIANA

Todos los dias de 11 de la mañana a 8 de la tarde p. Manises Generalitat
Solidaritat Parke Alcosa:20770024081103499130
Koordinadora de kolectivos del Parke
http://koordinadorapark.blogspot.com

25 de diciembre de 2011

El poder del sistema financiero sobre los estados

ALBA SUD

En España, como en Grecia o Italia, se están adoptando una serie de duros recortes presupuestarios. Estos afectan, sobre todo, a los servicios sociales, como la educación o la sanidad. Dichos recortes son presentados como medidas necesarias para salir de la crisis. Pero, en realidad, estas medidas tienen otros objetivos. En primer lugar, las entidades financieras no están dispuestas a asumir los costes de una crisis provocada por sus prácticas especulativas. Quieren hacerlos recaer sobre los trabajadores, los pensionistas, los estudiantes, los parados y los enfermos. En segundo lugar, se pretende desmantelar lo que queda del estado social. Aplicando las doctrinas expuestas por Hayek en los años sesenta, el estado debe limitarse a la beneficencia. Su intervención no debe tener efectos redistributivos de la renta. La sanidad pública debe ser una sanidad para los pobres que no puedan costearse la atención médica. De esa forma, la sociedad se fragmenta en “ganadores” y “perdedores”. Entre quienes pueden permitirse pagar una sanidad privada de calidad y los que tienen que acudir a hospitales públicos en busca de caridad. Teniendo como referente este contexto, aquí se analiza el poder del sistema financiero sobre los estados.

La regulación fallida

A finales de 2008 todo el mundo parecía de acuerdo en la necesidad de regular y redimensionar el sistema financiero. Parecía el fin del neoliberalismo y sus dogmas. Se anunciaba una nueva era de eco-keynesianismo. Pero un año después la situación era del todo diferente. El sistema financiero había conseguido paralizar las reformas diseñadas por los sistemas políticos. Esto ocurrió en todas partes y a todos los niveles. Pasó en Estados Unidos, en Gran Bretaña, en la UE y a nivel global.

Este hecho plantea un problema muy grave a cualquier pretensión de democratizar el sistema financiero. Para someter a control democrático el sistema financiero es necesario, primero, democratizar el sistema político. El sistema financiero condiciona fuertemente las decisiones del sistema político. Presiona desde fuera y se infiltra dentro de él. Hay que acabar con esa situación para poder plantear seriamente cualquier propuesta de regulación financiera. Para ello es necesario identificar las fuentes de poder político del sistema financiero.

El poder del sistema financiero sobre y dentro de los estados
La primera fuente de poder político del sistema financiero deriva de que actualmente los estados tienen que financiarse acudiendo a los mercados financieros. Los estados habían obtenido tradicionalmente fondos a través de los Bancos Centrales. El neoliberalismo tuvo como uno de sus objetivos acabar con esa situación. En la Unión Europea lo consiguió plenamente. El Banco Central Europeo no puede suscribir deuda pública directamente. No está autorizado a prestar dinero a los estados. Pero sí puede prestar dinero a los bancos. Tras la crisis financiera el BCE prestó cientos de miles de millones de euros a los bancos a un interés muy bajo. Estos préstamos han de sumarse a las enormes cifras destinadas a su rescate. Hoy en día los bancos utilizan el dinero a bajo interés obtenido del BCE para prestárselo a un interés exorbitante a los estados europeos. Es una situación absurda e indignante.

La necesidad de financiación de los estados es consecuencia de sus déficits presupuestarios. Los déficits actuales (al menos en Europa) no son producto de un aumento del gasto público. Esos déficits son consecuencia de la disminución de la recaudación debida a la reducción de impuestos a las empresas y a los ciudadanos más ricos. La crisis financiera agravó los déficits. Los estados acudieron al “rescate” de los bancos proporcionándoles billones de dólares y euros. Las medidas iniciales para combatir la crisis también supusieron un aumento del gasto público. La ralentización de la economía disminuyó aún más la recaudación impositiva. La deuda de los estados se hizo mayor. Con ello aumentó también su dependencia de los mercados y entidades financieras.

Otra fuente de poder político del sistema financiero es la amenaza de crear “pánico” o “inestabilidad” en los mercados. Ese es uno de los chantajes utilizados más frecuentemente por las entidades financieras para condicionar las decisiones de las instituciones políticas. Un conjunto de entidades financieras poderosas pueden retirar rápidamente gran cantidad de capital invertido en un país. Eso tiene consecuencias catastróficas: baja la bolsa, la cotización de la moneda cae, las agencias degradan la calificación de la deuda… Se inicia así una espiral descendente muy difícil de combatir. La posibilidad de realizar este tipo de chantaje deriva de la libertad de circulación de capitales a través de las fronteras.

Además de esas formas de presión sobre los estados, los bancos disponen de poder político dentro de los mismos. Stiglitz muestra en su libro sobre la crisis el grado de infiltración del sistema financiero en el seno de las instituciones estatales. Los grandes bancos controlan a los políticos estadounidenses, financiando sus campañas. Las "puertas giratorias" entre el mundo de las finanzas y el mundo de la administración pública giran a gran velocidad. Los regulados de hoy serán los clientes de mañana o lo fueron ayer. La necesaria distancia de la administración respecto de los intereses privados no existe en el caso de la (poca) regulación financiera norteamericana. Así, por ejemplo, Paulson concedió una ayuda de 89.000 millones de dólares a A.I.G. El mayor beneficiario de esa ayuda fue Goldman Sachs, su antigua empresa [1].

La manera de resolver la crisis en Estados Unidos prueba la influencia política del sector financiero. Se ha concedido a las grandes entidades financieras rescates millonarios sin exigirles nada a cambio. Los directivos de las entidades rescatadas han mantenido sus sueldos astronómicos mientras muchas personas perdían su casa, su empleo, o ambas cosas. La manera de enfocar la crisis no cambió con la llegada de Obama al poder. El presidente del cambio mantuvo al equipo económico de Bush modificando ligeramente el orden de las sillas. Obama dejó quebrar la General Motors y rescató a los grandes bancos. Algo ha cambiado sustancialmente en Estados Unidos. Antes se decía que "lo que es bueno para General Motors es bueno para Estados Unidos". Ahora resulta que es bueno para los Estados Unidos lo que es bueno para Wall Street.

Lo mismo ha ocurrido en Gran Bretaña. Según un informe alternativo elaborado por un grupo de economistas de la Universidad de Manchester, la dificultad principal para reformar el sistema financiero británico es el poder político de la City. Los banqueros (o determinados altos cargos y accionistas de ciertas instituciones financieras) tienen a un número considerable de políticos como rehenes. El gobierno encarga informes sobre el sector financiero a expertos procedentes de ese mismo sector. El poder político británico está, pues, profundamente infiltrado por el sistema financiero [2].

En España, privatizar las cajas de ahorro ha sido hacer precisamente lo contrario de lo que se debía. No se ha corregido su deriva hacia la bancarización. No se ha intentado recuperar su función social ni potenciar la gestión participativa de las mismas. Lo que se ha hecho es presionarlas más que a las entidades bancarias para que se “saneasen”. Ello ha conducido a que las cajas creasen sus propios bancos y les asignasen sus mejores activos. Luego, estos bancos se han privatizado, vendiendo sus acciones a precio de saldo. Ahora su destino está en manos de fondos de inversión y de pensiones cuyos gestores sólo están interesados en el rendimiento económico [3]. Se ha perdido la oportunidad de crear una banca pública que garantizase el crédito como servicio esencial.




La necesidad de una movilización ciudadana
Los problemas más importantes de la actualidad encuentran siempre un obstáculo para su solución en el poder y la actuación de las entidades financieras. Éstas han causado la crisis actual. Pero hacen soportar sus costes al conjunto de la sociedad. Mientras, sus ejecutivos se embolsan cantidades inmensas de dinero. No estamos hablando de banalidades: la remuneración de los altos directivos se "come" el 50% de los beneficios de la banca industrial en Gran Bretaña.

La crisis, el paro, la reducción de los gastos sociales, la dificultad de adoptar políticas anticíclicas, la imposibilidad de acometer en serio una transformación ecológica de la sociedad, la imposibilidad de democratizar el poder político... todo se topa con el mismo obstáculo: el poder del sistema financiero; con su poder económico, su capacidad de presión sobre las instituciones políticas, su infiltración dentro de esas mismas instituciones.

El sistema financiero es en este momento el "enemigo principal" como se decía en otros tiempos. Es necesaria una fuerte movilización popular para hacerle pagar las consecuencias de la crisis y despojarle de su poder político; para redimensionarlo y reorientar su actividad en un sentido social y ecológico; para dar un primer paso en la democratización de las instituciones políticas. No parece ser suficiente con una movilización popular que presione al poder político. Éste es un rehén del poder financiero o está conchabado con él. Las movilizaciones de Barcelona contra la aprobación de los presupuestos restrictivos de la Generalitat lo pusieron de manifiesto.

Estamos metidos en un círculo vicioso. Hay que adoptar una serie de medidas para disminuir el poder político del sistema financiero. Esas medidas deben ser tomadas por las instituciones políticas. Las instituciones políticas no pueden adoptarlas debido al poder político del sistema financiero. Es necesario, por tanto, combatir ese poder. Pero...

Hay bastantes indicios de que el sistema representativo tal como está ahora en Europa no va a resistir la forma actual de gestionar la crisis. El autoritarismo tecnocrático que se ha implantado en Italia o Grecia lo ponen de manifiesto. Personajes procedentes del sector financiero e impuestos por “la troika” (FMI, UE y BCE), presiden los gobiernos de esos países e implantan medidas de “ajuste” aún más rigurosas que sus predecesores. En el otro extremo está la “revolución” democrática de Islandia: los ciudadanos hicieron caer a su gobierno, se negaron a pagar las deudas de los bancos en un referéndum, y se pusieron a elaborar una nueva constitución. Ahora son los únicos que están saliendo de la crisis, porque han hecho lo contrario que el resto de los países europeos en dificultades: aumentar el gasto público. ¿Serán el autoritarismo disfrazado de tecnocracia o la revolución democrática desde abajo las dos únicas alternativas a corto plazo para los estados europeos periféricos?

En España se pondrá pronto a prueba la resistencia del sistema político existente. Será más o menos a mediados del 2012: en el momento en que se plantee la asunción de la deuda privada de los bancos por parte del estado. Cuando la población se entere de que España no tenía graves problemas de deuda pública, pero sí de deuda privada. Cuando se dé cuenta de que el gobierno va hacer recaer sobre todos nosotros las deudas asumidas por los bancos, como en Islandia. ¿Qué pasará en ese momento? ¿Se formará un gobierno de concentración, como paso previo a alguna forma de autoritarismo tecnocrático? ¿O habrá una fuerte movilización desde abajo que transformará radicalmente el sistema político y dará lugar a una salida de la crisis completamente diferente?
Notas:
[1] Stiglitz, Joseph: Caída libre. El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial, Madrid, Santillana, 2011, p. 114.
[2] V. «An Alternative Report on UK Banking Reform», en: http://www.cresc.ac.uk/publications/an-alternative-report-on-uk-banking-reform, pp.11-17.
[3] V. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, José Miguel: “Privatización de las cajas de ahorro españolas: viejo propósito, excelente negocio y expolio social”, en PAPELES de relaciones ecosociales y cambio global, Nº 114, 2011, pp. 37-47.
José Antonio Estévez es Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Barcelona, redactor de Mientras Tanto y colaborador de Alba Sud.

24 de diciembre de 2011

Navidad en rojo y blanco, los colores de la Coca-Cola

Para estos días prácticamente todo el mundo occidental se inunda de imágenes, virtuales y corpóreas, de un señor obeso, de larga barba cana y vestido con una inconfundible indumentaria color rojo y blanco. Santa Klaus o Claus, P apá Noel, San Nicolás, Viejito Pascuero o Colacho son algunos de los nombres con los que se conoce al personaje de marras.

Según la tradición, es él quien trae regalos a los niños para la noche del 24 de diciembre, día en que se evoca el nacimiento de ese famoso predicador judío que tres siglos después de su muerte fue ascendido a la categoría divina en un importante acuerdo político tomado en el Imperio Romano durante el Concilio de Nicea, en el año 325.

Todo indicaría que la actual práctica cultural que encontramos omnímoda para estas épocas de frenética comercialización y representada por ese personaje ataviado de rojo y blanco, infaltable en cualquier centro comercial, se emparenta con la figura de un obispo cristiano que viviera en el siglo IV en lo que hoy es Turquía, en la zona de Licia más específicamente. Nicolás era su nombre (Nicolás de Mira, por haber sido esa ciudad donde ejerció como obispo, o Nicolás de Bari, dado que en la basílica de esa ciudad italiana descansan actualmente sus restos), personaje sumamente venerado durante el medioevo europeo, a tal punto que hoy día es el santo patrono de Grecia, Turquía y Rusia.

La tradición que pone a Nicolás como dispensador de regalos se basa en una leyenda que dice que alguna vez, a pedido de un padre desesperado, pobre, que no podía casar a sus tres hijas por falta de dinero para la dote, hizo que el santo llegara alguna noche a la casa de esta familia y, entrando por la ventana, dejara monedas de oro para cada una de ellas dentro de sus calcetines que colgaban secándose sobre la chimenea. Por lo pronto, San Nicolás gozó de gran popularidad durante todo el medioevo extendiéndose su fama por toda Europa, erigiéndosele numerosos templos en su honor. Su esencia fue, desde tiempos remotos, la de dador de regalos.

La leyenda de un ser que ofrece presentes a los niños se popularizó por toda Europa, y de la mano de los holandeses llegó a tierra americana para el siglo XVII, cuando se afianzaba la conquista de estos territorios por parte de los europeos. A inicios del siglo XIX el escritor estadounidense Washington Irving escribió una historia de la ciudad de Nueva York donde recoge a este personaje mítico que regala a los niños, lo cual sirvió de inspiración para que en 1823 Clement Clarke Moore fuera dándole forma al que pasaría a ser el mito moderno, habiéndose modificado el nombre holandés de Sinterklaas por el anglicismo Santa Klaus.

Dado que Estados Unidos ya venía marcando el ritmo de la nueva sociedad industrial que se abría paso con fuerza avasalladora, también esta creación cultural la impone por el resto del mundo como un bien de consumo más. El nuevo personaje, que hasta ese entonces era un gnomo vestido de verde, pasa a tener una forma más humana, la misma que hoy día se le conoce comercialmente. Es ya entrado el siglo XX, en 1931, cuando la empresa Coca-Cola da el toque definitivo. Toda la tradición que mencionamos arriba, de un personaje obsequioso que va por allí repartiendo dones emparentada con el San Nicolás antiguo, estaba representada por un hombre verde, expresión de una siempre renovada esperanza en el renacer, en el reverdecer. Es con las estrategias de mercadeo de la Coca-Cola que la nueva leyenda, diseñada para el caso por el pintor de origen sueco y radicado en Chicago, Habdon Sundblom, toma sus actuales colores rojo y blanco –los mismos del conocido refresco–. Gracias a la campaña publicitaria montada sobre el obsequioso Santa Klaus ataviado de rojo y blanco, el gigante de las bebidas gaseosas levantó su perfil en un momento en que arreciaban las críticas por su presunta toxicidad (80 años después las cosas no han cambiado mucho al respecto), entronizando la figura de este nuevo “duende” moderno, ícono del consumo navideño. Tan grande es su popularidad que no es exagerado decir que para muchas generaciones Navidad pasó a ser sinónimo de este señor obeso vestido con los colores de la Coca-Cola invitando a comprar y comprar, perdiéndose el origen religioso de la fecha.