29 de enero de 2013

"Si fuese una empresa, España se encontraría quebrada" (Alberto Montero)


Entrevista a Alberto Montero Soler
Docente e investigador en Economía Aplicada en la Universidad de Málaga, el economista andaluz propone aplicar “la lógica de la austeridad a la deuda pública”. En esta entrevista, asegura que España debería salir del euro y explica por qué existe la decisión política de no hacerlo. Europa, la posición de Alemania y los procesos “prorrecesivos”.

–¿Por qué usted plantea que España es un país “quebrado”?

–Porque el volumen de sus pasivos, sus deudas, son superiores a sus activos. Si fuese una empresa, España se encontraría quebrada. El volumen de deuda que han contraído los particulares, las empresas, los hogares y el sistema financiero, sumado a la que ahora está contrayendo el sector público, en un contexto marcado por sus problemas de déficit fiscal, hace que sea absolutamente imposible pagar la deuda.

–¿Qué decisiones debería tomar el gobierno de España?


–Reestructurar la deuda, no sólo alargando los plazos, cambiando los tipos de interés y estableciendo un período de carencia, sino además haciendo una quita. Gran parte de esa deuda debe ser asumida por los acreedores que prestaron el dinero y que no evaluaron correctamente parte del riesgo en el que estaban incurriendo al prestar globalmente tal volumen de crédito. Aunque cada acreedor individualmente hubiera tomado una postura cuidadosa, el resultado global es una adjudicación de endeudamiento imposible de atender.

–¿Cree que hay voluntad política para llevar a cabo esa iniciativa?

–No, ninguna. Esto es la América latina de finales de los ’80 y principios de los ’90. Se trata de que los acreedores expriman a los deudores hasta que no puedan más. Y en ese momento, pasar a plantear lo que ya se sabe.

–¿Qué es lo que ya se sabe?

–Que no vamos a poder pagar la deuda, entonces; ¿para qué tanto ajuste, tanto sacrificio, si va a llegar un momento en que esta solución se va a tener que plantear? ¿Por qué tanto dolor sobre los pueblos, sobre la sociedad, cuando la solución al final es una? No se puede pagar la deuda.

–Hay países que han impulsado una reestructuración de su deuda, aunque con diferencias. Argentina es un caso, Grecia es otro. ¿Qué análisis hace de esas decisiones?

–Ninguna crisis financiera de esta naturaleza se ha resuelto nunca –cuando existe tamaño endeudamiento– sin un proceso de reestructuración de la deuda. Lo primero que debemos tener en claro es que existen precedentes que muestran que la solución pasa siempre por esa vía. Los acreedores pierden una parte, los inversores pierden otra, se establece un compromiso de pagos que sea asumible por una parte y que no perjudique a la otra. Cuanto antes se produce esa reestructuración entre acreedores y deudores, menos sufren los pueblos. Cuando ya no se puede sacar más agua de las piedras, la reestructuración empieza a aparecer en la agenda política.

–En un escenario marcado por esta falta de voluntad política para impulsar una reestructuración de la deuda, ¿cómo evalúa la posición de la izquierda española respecto de esta decisión?

–El gobierno está comprometido con un discurso absolutamente ortodoxo: las deudas hay que “honrarlas”. Esa palabra tiene una carga simbólica importante. Yo creo que la izquierda no ha terminado de asumir que el proyecto de la Eurozona y el euro no es un proyecto que la izquierda pueda defender en estos momentos, bajo ninguna perspectiva. Durante todo el proceso de Maastricht y la creación de la Eurozona, la ofensiva de la izquierda fue: “Esto va a ser la Europa del capital”. Y hoy, esto es la Europa del capital. Ahora nos encontramos con que tenemos una Europa completamente controlada por el capital, que se ha convertido en un espacio de rentabilización de los capitales periféricos y centrales, aunque más centrales que periféricos. La izquierda va transitando entre la incredulidad de no tener ningún tipo de discurso frente a esto –no termina de entenderlo y no termina de asumirlo– y plantear, en algunos casos, una respuesta socialdemócrata keynesiana.

–¿Cuál es esa respuesta, concretamente?

–La izquierda dice: “Podemos quedarnos dentro (de la Eurozona) pero articulando políticas fiscales diferentes, sobre las que tengamos soberanía”. Lo cual es absolutamente imposible desde el momento en que tienes unas reglas cada vez más cerradas y con menos margen para el poder de hacer política a nivel de toda Europa. Menos margen de discrecionalidad para los gobiernos nacionales.

–¿Usted cree que los gobiernos deberían contar con mayor discrecionalidad?

–Claro, absolutamente. Si no ¿para qué elijo un gobierno? Si tengo reglas que me dicen cómo dividir el presupuesto, entonces ya no puedo hacer política a partir del presupuesto. Una segunda cuestión que yo creo es que le tienen mucho miedo.

–¿Por qué?

–Se ha planteado abiertamente, en algunos encuentros, la ruptura con el euro. Temen que eso pueda producir una debacle en la economía, que efectivamente puede ocurrir, o un descenso en el nivel de vida de los ciudadanos, que efectivamente se va a producir. Pero nada garantiza que dentro del euro no vaya a seguir produciéndose. El caso griego es claro. En los últimos años, Grecia ha perdido el 25 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB). Es un ajuste sobre la economía brutal en apenas tres o cuatro años. España está perdiendo en torno del 4 y el 5 por ciento de su PIB.

–Dada la inviabilidad de seguir en el euro, que usted sugiere, ¿qué beneficios podría traer para España salir del euro, en términos de soberanía política y económica, por ejemplo?

–Absoluto. Salir del euro no implica salir de la Unión Europea, que es uno de los primeros errores que se plantean. De hecho, inteligentemente, ni Suecia ni Dinamarca ni el Reino Unido entraron en el euro. Y si vemos la evolución de sus variables, todas las variables macroeconómicas relevantes para los grandes mecanismos internacionales (inflación, desempleo, déficit público, deuda pública), todas en promedio, a lo largo de los diez años de vida del euro, son mejores fuera de la Eurozona que dentro. Eso con datos de la propia Comisión Europea. En segundo lugar, tenemos un discurso muy poco movilizador.

–¿Por qué?

–Porque no le podemos decir a la gente: “Mira, para que vaya todo mejor de la noche a la mañana, tus niveles de vida deben caer”. La gente se encuentra en esa situación, que Naomi Klein denomina “estado de shock”. Cada viernes que tenemos una comunicación de los ministros es para informar sobre un recorte en los derechos sociales, las libertades y los niveles de vida. Pero como lo va asumiendo con cuentagotas, al final no se da cuenta de que eso es una merma muy importante de sus condiciones de vida.

–¿Qué efectos positivos tendría salir del euro?

–En principio, recuperar la soberanía y la moneda. Eso es básico, porque permite no estar tan dependientes de los Estados a la hora de la financiación y que ellos no sean los que marquen la política, sino que haya un resorte del Banco Central que diga: “Vale, si usted no me compra la deuda del Tesoro, me la va a comprar el Banco Central y luego veremos cómo hacemos”. Tienes las posibilidades de recuperar tu economía. La economía española se ha desmantelado en los últimos diez años orientándose hacia los sectores claves: por un lado, en la construcción ya hemos visto el resultado de una burbuja inmobiliaria que ha provocado una caída tremenda del PIB y un incremento del desempleo muy importante. Por otro lado, el sector servicios. Dentro de la Eurozona se preveía desde un principio que lo que iba a haber era una especialización internacional del trabajo.

–Una decantación entre países poderosos, con estructuras económicas sólidas, y países débiles, cuya debilidad se incrementó dentro de la Unión Europea.

–Por mucho que entráramos y compartiéramos una moneda común, nuestras empresas no iban a ser tan competitivas como lo eran las alemanas. A España le quedaba especializarse en lo que fuese competitiva: en el turismo, en la cerveza fría y en tener playas, y algunas cosas más. De hecho, gran parte de la burbuja inmobiliaria se explica por las expectativas que tienen los constructores y el gobierno español sobre el turismo y, sobre todo, el turismo residencial.

–Es decir...

–Es decir que los del Norte no son extranjeros sino que vienen a vivir sus últimos años en el Sur, a gastarse sus jubilaciones y vivir en un lugar con más sol. Eso va unido a los inmigrantes y su mano de obra y a la locura especulativa de comprar hoy para vender mañana mucho más caro... lo que necesitas para recuperar tu economía es volver a diversificar tu estructura productiva. Evidentemente, todos los productos del exterior se van a volver mucho más caros, pero también habrá que producir dentro cosas que ya no se podrán comprar fuera, o se generará una demanda dentro para productos del interior que van a ser más competitivos en precio aunque no en calidad, respecto de los del exterior. No todos llevaremos autos Mercedes-Benz, pero tendremos que acostumbrarnos a ir con un coche más modesto y local. Eso te permite hacer una economía... desde la perspectiva de la izquierda se convierte en positivo por la recuperación de la soberanía económica y de la economía autocentrada. Salir de esta lógica loca de la globalización donde todos los bienes vienen desde muy lejos y, al mismo tiempo, se desmantelan empresas locales que producen lo mismo, pero un poco más caro.

–Si la moneda común no beneficia a los países periféricos, ¿en qué beneficia a los países centrales?

–A Alemania la ha beneficiado porque ha tenido un tipo de interés depreciado respecto del que tendría con el marco. El tipo de cambio está marcado por la dinámica económica interior de la Eurozona y no sólo por la demanda externa de productos alemanes, por eso el tipo de cambio del euro en estos diez años ha sido más bajo que el que habría debido tener el marco si Alemania hubiera adoptado una moneda propia. Esto se da como consecuencia de que su demanda externa es muy grande y eso revaloriza su moneda. De manera que, de entrada, Alemania se ha beneficiado con un tipo de cambio depreciado respecto del tipo de cambio de equilibrio de su economía. En segundo lugar, le ha permitido abrir un mercado enorme, gracias al cual ha desaparecido uno de los riesgos centrales: el riesgo de cambio.

–¿Por qué?

–Porque los países no pueden devaluar su moneda para hacer frente a la competitividad alemana. Entonces, al apoyar ese proceso de construcción europea, Alemania se garantizaba un mercado donde sus competidores iban a estar en desigualdad de condiciones por la menor competitividad de sus industrias. Pero sobre todo, porque no contarían con el resorte necesario para reequilibrar las condiciones comerciales, ya que perdieron el mecanismo del tipo de cambio. Eso favoreció a Alemania, que sustituyó su demanda interna –que ha sido tradicionalmente débil– por una demanda externa, con exportaciones mucho más potente frente a la que no cabía posibilidad de competencia, ni por la vía de la competitividad ni por la vía de los tipos de cambio. Y que, al mismo tiempo, le generaba un superávit comercial que “enjuagaba” financiando la compra de sus productos a los países periféricos. Es decir que no sólo era un beneficio para el sector industrial alemán sino también para el sector financiero alemán, ya que no iba a poder canalizar la cantidad de recursos que estaban teniendo por la vía del superávit comercial, y lo “enjuagaban” hacia el exterior.

–En la actualidad, con países “quebrados” como España y Grecia, ¿le sigue siendo útil a Alemania que estos países sigan en la Eurozona?

–Mientras sigan honrando sus deudas, evidentemente sí. Entre otras cosas, porque la situación de su sistema financiero, tanto de las cajas como de los bancos, es muy delicada. Por ejemplo, si un banco español grande decidiera que las cédulas hipotecarias que ha vendido a los bancos alemanes bajo soberanía española valen cero, quiebra todo el sistema financiero alemán. A Alemania le interesa que se “enjuague” el interior de todo el sistema bancario español para evitar que llegue a su sistema, que ya tiene el virus aunque le falta para que la enfermedad se desarrolle.
                                                            
–¿Cuáles son las consecuencias de que el ajuste que se está llevando a cabo en países periféricos de la Unión Europea represente un porcentaje tan alto del PBI?

–Los programas de ajuste duros, blandos y moderados que están aplicando los países periféricos más Bélgica, Holanda y Francia afectan más del 60 por ciento de la economía europea. Es decir que tenemos dos tercios de la economía europea con políticas prorrecesivas, que no estimulan el crecimiento. Sólo queda un tercio de la economía europea tratando de tirar de toda la locomotora europea. En economías como la española, el déficit por cuenta corriente no se está resolviendo porque estemos exportando más –aunque un poco más estamos exportando–, sino porque la actividad económica interna está prácticamente en estado de encefalograma... con lo que las importaciones caen brutalmente. Lo que se estaba importando de Alemania, Holanda u otros sitios ya no se importa porque no hay actividad productiva. Esto genera que los dos tercios de la Eurozona profundicen la crisis y necesariamente terminen arrastrando a todas las economías, porque estamos todas conectadas en un mismo proyecto pero sin los instrumentos que nos permitirían compensar los desequilibrios de una y de otra.

–¿Cree que la insistencia en políticas “prorrecesivas” parte de una convicción de los gobernantes o en realidad hay otros intereses a nivel de la Unión Europea que impiden –más o menos explícitamente– modificar el sentido de estas políticas?

–Yo no creo que la austeridad tenga motivos políticos, me parecería grave encontrarme a mí mismo pensando que las políticas del Norte son para castigar nuestro “excesivo gusto por la fiesta” (el feriado) frente a su ética protestante y calvinista del trabajo, por decirlo de alguna manera. Creo que la austeridad se impone como un mecanismo para cumplir dos objetivos encubiertos. El primero es que, al aplicar programas de austeridad donde se va imponiendo progresivamente la privatización de lo público, hay capitales privados que encuentran en la privatización de esos servicios públicos un nicho de rentabilidad en un entorno en el que las tasas del capital en Europa están cayendo de forma importante. En el desmantelamiento del Estado de Bienestar –jubilación, educación y pensiones– encuentran una fuente de rentabilidad. Y eso ayuda a que los planes de austeridad se llamen “privatización”. Porque lo que se privatiza son los bloques rentables, nadie compraría una empresa pública quebrada, ésa te la quedas y ves qué haces con los trabajadores.

–¿Por qué en España finalmente decidieron no privatizar el servicio de agua?

–No es que (esa decisión) haya sido una victoria de la movilización popular, sino que no encontraron a nadie que lo viera rentable. Sólo se privatizan educación, sanidad, prevenciones y aeropuertos. El segundo objetivo encubierto es que las políticas de austeridad están orientadas a... por ejemplo, la reforma del artículo 135 de la Constitución es un claro ejemplo.

–¿En qué sentido?

–En el sentido de que se nos dice: “El Estado puede hacer con los presupuestos lo que les dé la gana, pero lo primero es pagar los intereses de la deuda”. Es una política orientada a desmantelar el área del Estado de Bienestar social y mantener, al mismo tiempo, los pagos de los intereses y la deuda. En los presupuestos generales del Estado de este año se destina más presupuesto al pago de los intereses de la deuda que al pago de funcionarios públicos. No se imponen políticas de austeridad para decir: “Vamos a establecer un tope al pago de la deuda porque entendemos que eso supone una transferencia de renta desde los ingresos de los ciudadanos hacia el sector financiero”. La austeridad se impone siempre sobre determinadas partidas y no sobre otras.

–¿Como cuáles?

–Por ejemplo, sobre las pensiones tenemos una ofensiva, con el argumento de que “la sociedad española está envejeciendo y por tanto hay que reformar el sistema de pensiones porque es insostenible”. Y uno piensa: como el ingreso de las pensiones depende de los ingresos de las cotizaciones de la seguridad social de los trabajadores, por un lado, y de la partida de gastos de los pensionistas, por el otro; y si hay mucho desempleo y las cotizaciones bajan y, al mismo tiempo se sigue manteniendo la tendencia de la jubilación, pues claro, hay que corregir esto porque hay un desequilibrio presupuestario. Entonces uno cree que es razonable. Pero cuando se miran otras partidas presupuestarias, como el ejército, allí no hay cálculo de ingreso y beneficio, porque se plantea que hay que tener un ejército y lo tenemos que pagar entre todos, sea el gasto que fuere. Es una lógica perversa que aplicamos en función del resultado que queremos tener, porque la lógica de la austeridad también podríamos llevarla a la partida de deuda pública.
  
Twitter: @amonterosoler

http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-212737-2013-01-28.html

28 de enero de 2013

Badajoz recibe a Wert al grito de “hoy inauguras, mañana privatizas”

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El Gobierno no tiene descanso: allí donde va alguno de los miembros del Ejecutivo, éste se encuentra con ciudadanos que afean su gestión económica. Este lunes,  el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha acudido a Badajoz para inaugurar una nueva biblioteca pública, donde se ha encontrado con cientos de ciudadanos que protestaban alrededor del edificio al grito de “hoy inauguras, mañana privatizas”.

Ante la afluencia de gente, Wert ha tenido finalmente que entrar por una puerta trasera y salir por el mismo lugar. En la concentración, convocada por la asamblea de estudiantes de la Universidad de Extremadura y que ha logrado gran difusión a través de las redes sociales, los presentes han manifestado su rechazo a los recortes implementados por Wert en el ámbito educativo.

Los estudiantes han denunciado que no se les ha permitido acceder al edificio de la nueva biblioteca, por lo que han permanecido en el exterior divididos en varios grupos, desde donde han gritado “sinvergüenza” y “no a los recortes”, entre un nutrido dispositivo policial. Aunque la concentración se ha desarrollado sin incidentes, se han dado momentos de tensión entre policía y manifestantes cuando estos últimos han tratado de romper el cordón de agentes para acceder a la biblioteca.

Wert es el ministro peor valorado por los ciudadanos y así se lo hacen ver en numerosos actos oficiales. Hace dos semanas, el 14 de enero, dos centenares de estudiantes boicotearon una charla en Sevilla, quienes comenzaron a gritar cuando el ministro apareció para pronunciar su discurso.
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                                  Momento en el que la policía detiene a un compañero.

26 de enero de 2013

Sábado 2 de Febrero: V Asamblea por la Renta Básica en Extremadura

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Bienvenida al Ministro Wert en Badajoz: lunes, 28 de enero

El lunes 28 el ministro de Educación José Ignacio Wert viene a Badajoz a inaugurar la nueva Biblioteca Pública del Estado. Wert es el responsable directo, si bien no el único culpable, de los recortes que están afectando a la educación pública en todos los niveles.

Hemos decidido darle el recibimiento que merece, con una gran concentración ante la biblioteca. Nos reuniremos a las cuatro y media en el callejón peatonal junto al colegio Santa Marina.

Ven y muestra tu rechazo a las políticas de recortes en educación.


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El territorio como espacio emancipatorio (Raúl Zibechi)

Los movimientos de base territorial, rurales y urbanos, integrados por indígenas y afrodescendientes, campesinos y sectores populares, jugaron un papel decisivo en la resistencia y deslegitimación del modelo neoliberal. Desde sus territorios lanzaron formidables ofensivas que abrieron grietas en el sistema de partidos sobre el que se asienta la dominación y modificaron el escenario geopolítico regional. De modo directo e indirecto, influyeron en lo local, lo nacional, regional y global.

Han jugado y jugarán también un papel decisivo en la construcción de un mundo nuevo. Si ese mundo, como señala Immanuel Wallerstein (La Jornada,12 de enero de 2013), será el resultado de una infinidad de acciones nanoscópicas, las pequeñas mariposas capaces de construirlo habitan territorios en los que resisten y en ellos pueden construir relaciones sociales diferentes a las hegemónicas. No es con manifestaciones ni declaraciones, por más masivas y necesarias que sean, como se crea el socialismo, sino con prácticas sociales en espacios concretos. Territorios en resistencia que son a la vez espacios en los que va naciendo lo nuevo.
 
                                                          
Hasta ahí, son temas que hemos venido debatiendo en los últimos años. El capitalismo puede ser derrotado si somos capaces de expropiarle los medios de producción (y de cambio) en un largo proceso. Pero la cuestión no se agota allí. El sistema aprendió a desorganizar, diluir, cooptar y aniquilar por la fuerza (todo junto, no una u otra acción) a los sujetos nacidos y arraigados en la resistencia territorial. La combinación de fuerza bruta (militar y policial) con políticas sociales para combatir la pobreza es parte de esa estrategia de aniquilación.

Ante esta situación compleja y difícil, crece la tentación de replegarse de los territorios en los que nacieron múltiples sujetos colectivos, buscando lugares más propicios donde seguir creciendo. A veces se apuesta por lo sindical, otras a lo estudiantil y en otras por lo electoral. Un debate de este tipo atraviesa sobre todo a movimientos en Argentina, Chile, Paraguay y Perú, aunque está presente en casi todos los países.

Es cierto que lo territorial por sí solo no alcanza. Que debe incluir formas diferentes de hacer política donde la gente común decida y ejecute; que hace falta crear formas de poder distintas a las estatales; que para garantizar la autonomía territorial es imprescindible asegurar la sobrevivencia material, o sea salud, educación, vivienda y alimentación para todos y todas.

Pero no podemos olvidar que los territorios son claves para la lucha por un mundo nuevo por dos razones, digamos, estratégicas: se trata de crear espacios donde podamos garantizar la vida de los de abajo, en todas sus multifacéticas dimensiones; y porque la acumulación por despojo o guerra –que es el principal modo de acumulación del capitalismo actual– ha convertido a los movimientos territoriales en el núcleo de la resistencia. La mutación del capitalismo que conocemos como neoliberalismo es guerra contra la vida.

A ellas se podría agregar un tercer argumento: sólo es posible resistir enlas relaciones tejidas en torno de valores de uso, ya sean materiales o simbólicos. Si sólo nos movemos en las esferas de los valores de cambio, nos limitamos a reproducir lo que hay. Cerrados los poros de la vida en las fábricas por el posfordismo, es en los territorios, barrios, comunidades o periferias urbanas donde –aun esos mismos trabajadores– se vinculan entre sí en formas de reciprocidad, ayuda mutua y cooperación que son relaciones sociales moldeadas en torno del intercambio de valores de uso.
                          

No es una cuestión teórica y por lo tanto sólo se puede mostrar. Se conoce y se practica, o no se entiende. Resistir hoy es proteger la vida y construir vida en territorios controlados colectivamente. El punto es que si abandonamos los territorios, ganaron los de arriba. Y en este punto no hay dos caminos. Sólo queda hacerse fuertes y autónomos allí, neutralizando las políticas sociales que quieren destruir lo colectivo salvando al pobre individualmente.

El pueblo mapuche resiste desde hace cinco siglos aferrándose a sus territorios. Así derrotaron a los conquistadores españoles, y en ellos se repusieron de la derrota que les infligió la República criolla en la guerra de exterminio conocida como Pacificación de la Araucanía en la segunda mitad del siglo XIX. En sus territorios aguantaron el diluvio de la dictadura pinochetista y las políticas antiterroristas de la democracia, debidamente condimentadas con políticas sociales para someter con migajas lo que no pudieron con palos.

No es la excepción sino la regla. Chiapas, Cauca, Cajamarca donde se resiste el Proyecto Conga, Belo Monte, El Alto o el conurbano de Buenos Aires, entre muchos otros, muestran que la combinación de guerra y domesticación son los modos de esterilizar las resistencias. Lo que diferencia esos territorios es que allí existen los modos de vida heterogéneos sobre los cuales es posible crear algo distinto a lo hegemónico. No nos engañemos: esa posibilidad no existe hoy ni en las fábricas ni en los demás lugares donde todo son valores de cambio, desde el tiempo hasta las personas.

Por eso las políticas sociales se han territorializado, porque los gestores del capital percibieron que allí venían perdiendo pie ante el nacimiento de sujetos integrados por los que no tienen nada que perder: mujeres, hombres y jóvenes sin futuro en este sistema, aquellos que por el color de su piel, su cultura y su modo de ser no tienen cabida en las instituciones, ni siquiera en las que se reclaman de izquierda o defensoras de los trabajadores. Allí sólo existen comorepresentados, o sea como ausentes.

No hay alternativas al trabajo territorial, ni atajos para hacer más corto y soportable el camino. La experiencia reciente muestra que es posible doblegar el cerco del sistema contra nuestros territorios, superar el aislamiento, sobrevivir y seguir adelante. Persistir o no, es una cuestión de pura voluntad.

Tenemos 173.600 razones para decir no al humillante proyecto de ley del PP


COMUNICADO DE LA PLATAFORMA POR LA RENTA BÁSICA DE EXTREMADURA

Estimadas compañeras y estimados compañeros de IU:

Hemos tenido conocimiento de la constitución de un Grupo de Trabajo de IU sobre Renta Básica al que, según parece, estamos convocados. Os agradecemos la invitación pero declinamos participar en él. Estas son las razones que nos conducen a denegar vuestra oferta:

1.       El desprecio de Pedro Escobar a la ILP y a la Plataforma por la Renta Básica de Extremadura
Como sabéis desde hace más de un año venimos trabajando por una Iniciativa Legislativa Popular por la Renta Básica. En ese tiempo hemos puesto en pie un movimiento ciudadano y un buen número de movilizaciones por los derechos sociales. Además, hemos reunido 26.386 firmas, recogidas en las puertas del INEM, en los mercadillos y en las manifestaciones populares. Es decir, literalmente, en la calle.


Para hacerse una idea sobre el apoyo ciudadano que ha conseguido la ILP por la Renta Básica puede valer una simple comparación. Sabéis que a nivel estatal se precisan 500.000 firmas para presentar una iniciativa de este tipo. Ayer, justamente se registró en el Congreso la ILP por la Dación en pago y el Alquiler Social, una urgente propuesta que cuenta con una enorme aceptación social. Pues bien, esta magnífica iniciativa contra los desahucios y por el derecho a la vivienda se ha presentado avalada con 700.000 firmas, recabadas en toda España. El número de firmas recogidas en Extremadura a favor de la Renta Básica equivaldría  proporcionalmente al doble: 1.440.000. 

El viernes 11 de enero, a mediodía, se confirmaba una reunión de la Plataforma con los grupos parlamentarios. La propuesta de reunión partía precisamente de Víctor Casco, diputado de IU, y su objeto era estudiar la posible tramitación de la ILP como proposición de ley, asumida para su debate por las fuerzas parlamentarias. 

La reunión se fijó para la tarde del lunes 14 de enero. Pero a partir de ahí empezaron las sorpresas. En ese breve intervalo de tiempo,  el poder político en Extremadura se movilizó para cargarse la posibilidad de discusión parlamentaria de la ILP. La Mesa de la Asamblea se adelantaba al lunes por la mañana, y al tiempo, meteóricamente, aparecía un borrador de Ley de Renta Básica del gobierno regional y se montaba una operación publicitaria donde el Consejero Carrón y Escobar sostenían  conjuntamente ese documento del PP como la buena nueva; ya hay renta básica en Extremadura, le decían a los extremeños. Todo en menos de 72 horas y con el fin de semana de por medio.

Pero, no contento con dinamitar la tramitación de la ILP, Pedro Escobar se presentó a esa reunión, auspiciada como dijimos por su propio grupo parlamentario, como un holligan del documento del PP, despreciando e insultando a la Plataforma. Sus primeras palabras fueron estas: “La ILP habría merecido mejor final”. Y terminó tachando como deshonestos a los miembros de la Plataforma por la Renta Básica y acusándonos de “haber estado vendiendo billetes al paraíso en la puerta del INEM”.  Por lo que se ve, Escobar cree que los parados son gente ociosa y divertida que va a las oficinas de empleo a escoger entre las diversas ofertas de alucinógenos existentes en el mercado. 

                                               
                      
                                         
2.       Tenemos 173.600 razones para decir no al humillante borrador de ley del PP

Pero las razones para no participar de este grupo de trabajo no tienen que ver sólo con el comportamiento desvergonzado y desleal del coordinador de IU Extremadura para con la ILP y la Plataforma por la Renta Básica. No responden sólo a la actitud de este representante político en el golpe de mano contra la ILP. Tienen que ver, sobre todo, con que no estamos dispuestos a participar en la edulcoración del texto que asían sonrientes los dos propagadores.

¿Se le puede llamar Renta Básica a la mera trasposición, letra por letra, de las AISES del PP, reguladas en noviembre de 2011? El propio Consejero Carrón nos reconocía que esto era una simple “renta mínima de inserción”. ¿Es que IU defiende ahora la concepción de las AISES?

Es un escándalo que el punto de partida real y explícito de alguien que se dice de izquierdas sea una filosofía que estigmatiza y criminaliza la pobreza. El Gobierno del PP está tan sobrado, tan seguro de su mayoría parlamentaria, que se permite la chulería de rebajar sus propias AISES: en la cuantía (de 400 a 373 euros), en los requisitos de cobro (de 18 a 25 años; de 1 a 4 años de empadronamiento; de 14 a 15 documentos a presentar). Y en el delirio ya no hablan siquiera de necesidades básicas, sino de necesidades básicas de subsistencia.


El proyecto de ley es tan mañoso en la manipulación que no contiene ni una sola vez la palabra paro o precariedad. ¡En una Extremadura con 173.600 parados, más del 34% de la población trabajadora! Pero nadie debe extrañarse de que esta sea la ideología de quienes defienden el desorden dominante. Para ellos, el origen del drama social que vivimos, no es el paro, sino la inadaptación social, las conductas disruptivas de los pobres. Los pobres y su haraganería. Los pobres y sus vidas desordenadas. Los pobres y sus televisores de plasma. Por eso hay que vigilar bien dónde se gastan los 373 euros: no vaya a ser que se lo gasten en vino.

Esta concepción, que ha sido desde hace décadas la que se plasmaba en estos salarios de pobres conocidos como AISES o salario social, y entronca con el higienismo reaccionario de peor calaña, resulta especialmente repugnante en las circunstancias actuales.  El PP sí sabe lo que quiere; nos lo dijo de forma muy gráfica Juan Bravo, Director General de Política Social: “que no se junten los pobres de siempre con los nuevos pobres”.  El PP sí sabe lo que quiere: un ejército de lázaros mendigando un trabajo o la caridad pública o privada (en el texto del proyecto de ley se ve muy clara la patita de las ONGs afines al poder asomando por debajo de la puerta). Saben que esta es una batalla de clase, no un retalillo más de política social.

Cuando el país se encuentra al borde del estallido social, cuando la miseria ronda decenas de miles de casas en Extremadura no vamos a participar, como si nada pasara, del enredo. No vamos a maquillarle la cara a esta bazofia. No vamos a permitir que se trafique con la Renta Básica y, encima, se convierta en un instrumento más contra las clases trabajadoras.


3.       La Marea Ciudadana por la Renta Básica sigue creciendo. La movilización continúa.

En el último año hemos ido construyendo un movimiento social por la Renta Básica y los Derechos Sociales. Concentraciones ante las oficinas de empleo, marchas contra el paro, actos de expropiación de alimentos, decenas de asambleas informativas, movilizaciones de todo tipo. Es un movimiento plural, que impulsaron inicialmente organizaciones por los derechos sociales, colectivos del 15M, asambleas de parados y asociaciones vecinales de los barrios más machacados de la región. En la Plataforma participan gentes de un amplio espectro social, religioso, político o sindical. Es un movimiento plural donde intervienen muchas compañeras de CNT y CGT, pero también de CCOO o UGT. Y lo mismo puede decirse en el terreno partidario. Pero queremos reconocer expresamente la participación destacada y activa de un gran número de militantes de IU en decenas de localidades extremeñas.


En este tiempo hemos conseguido que todos los partidos tengan que retratarse y mover ficha en relación a la Renta Básica. Que se tengan que barajar cantidades, por ridículas que aún sean (de los 80 millones de euros con cargo a la deuda histórica y al presupuesto de 2012 han pasado a los miserables 13 millones de la previsión para el 2013). Aunque aún, a pesar de la propaganda, no han arrimado ni un solo euro de verdad.

Pero si la Renta Básica, aunque sea a empellones, se va abriendo camino, ello obedece no sólo a ese trabajo de impregnación que viene haciéndose desde la Plataforma. La semilla de la Renta Básica prende porque conecta con una urgencia social, con una situación de auténtica emergencia ciudadana.

 Los propagandistas del poder, de coyunda, nos han tratado de ridiculizar, presentándonos con paternalismo como gente idealista, un poco hippie, que presenta una propuesta teñida de buenas intenciones pero imposible de realizar, quimérica.  Entre sus argumentos gemelos han señalado que defendemos una renta básica universal e intemporal. Pero sólo dicen una parte de la verdad. Nuestra Iniciativa Legislativa Popular parte de una definición de principios de la Renta Básica, efectivamente, pero plantea una aplicación gradual, por fases. Primero, las personas paradas sin cobertura. Después, en el plazo de un año, los que tienen una protección pobrísima. En un tercer momento, extender la RB dependiendo de la fuerza social acumulada. 


Como siempre ha ocurrido, como siempre ocurre,  las luchas sociales se dirimen, sobre todo, en la calle. En la correlación de fuerzas sociales. Allí se han ganado siempre los principales derechos y se han parado las principales agresiones. Y la Renta Básica, por gradual y posibilista que sea nuestro objetivo (pero Renta Básica, no dávida ni expurgue de pobres) no constituye una excepción. No llegará por cambalaches parlamentarios, sino por el grado de arraigo social de la propuesta y por el coraje con el que estemos dispuestos a defenderla.

La movilización continúa. El 2 de febrero celebramos la V Asamblea de la Plataforma por la Renta Básica. Allí, entre tod@s, estableceremos una estrategia ante la nueva situación. Os invitamos a todos los aquí presentes a participar en ella y a seguir luchando por la Renta Básica y los Derechos Sociales en Extremadura. Muchas gracias

Crisis que mata: se disparan los suicidios

La crisis económica está pasando una dramática factura a los españoles. Las patologías psicológicas se multiplican debido a la ansiedad de muchas personas que están al borde de un abismo del que nadie parece querer rescatarlas, afirman los médicos.

“Cada día intentan suicidarse en nuestro país (España) un total de 243 personas ingiriendo fármacos de lo más diverso”, indica uno de los informes citados en el Congreso Nacional de Laboratorio Clínico que se lleva a cabo en la ciudad de Barcelona. De acuerdo con el jefe de la Unidad de Toxicología del Hospital Universitario de Son Espases, Palma de Mallorca, Bernandino Barceló, “la crisis económica se ha unido como un factor más en las ideas suicidas”.                                                                                            
"En las historias clínicas se observa significativamente el efecto de la crisis económica”

Sin embargo, el doctor Barceló considera que las personas que ingieren fármacos para quitarse la vida ya tienen un trastorno psíquico que se agrava con un conflicto familiar o con los problemas económicos. “En las historias clínicas se observa significativamente el efecto de la crisis económica en las personas suicidas cuando hablamos con ellas tras recuperarlas, aunque la mayoría de las veces hay un conjunto de causas desencadenantes”, le dijo el especialista a la agencia EFE.

Además, Barceló señaló que cada día ingresan  542 personas (197.830 personas al año) a los servicios de urgencia de los diferentes hospitales españoles por diversas intoxicaciones. En el 60% de las intoxicaciones diarias (325 personas) está presente elalcohol, y el 45% (243 personas) son por la ingesta, con intenciones suicidas, de psicofármacos, fundamentalmente benzodiacepinas: antidepresivos, ansiolíticos y relajantes musculares.
                             


a crisis económica está pasando una dramática factura a los españoles. Las patologías psicológicas se multiplican debido a la ansiedad de muchas personas que están al borde de un abismo del que nadie parece querer rescatarlas, afirman los médicos.
“Cada día intentan suicidarse en nuestro país (España) un total de 243 personas ingiriendo fármacos de lo más diverso”, indica uno de los informes citados en el Congreso Nacional de Laboratorio Clínico que se lleva a cabo en la ciudad de Barcelona.

De acuerdo con el jefe de la Unidad de Toxicología del Hospital Universitario de Son Espases, Palma de Mallorca, Bernandino Barceló, “la crisis económica se ha unido como un factor más en las ideas suicidas”.
 

En las historias clínicas se observa significativamente el efecto de la crisis económica"
Sin embargo, el doctor Barceló considera que las personas que ingieren fármacos para quitarse la vida ya tienen un trastorno psíquico que se agrava con un conflicto familiar o con los problemas económicos.

“En las historias clínicas se observa significativamente el efecto de la crisis económica en las personas suicidas cuando hablamos con ellas tras recuperarlas, aunque la mayoría de las veces hay un conjunto de causas desencadenantes”, le dijo el especialista a la agencia EFE.

Además, Barceló señaló que cada día ingresan  542 personas (197.830 personas al año) a los servicios de urgencia de los diferentes hospitales españoles por diversas intoxicaciones.

En el 60% de las intoxicaciones diarias (325 personas) está presente el alcohol, y el 45% (243 personas) son por la ingesta, con intenciones suicidas, de psicofármacos, fundamentalmente benzodiacepinas: antidepresivos, ansiolíticos y relajantes musculares.


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/84705-espa%C3%B1a-crisis-suicidio-alcohol-drogas
a crisis económica está pasando una dramática factura a los españoles. Las patologías psicológicas se multiplican debido a la ansiedad de muchas personas que están al borde de un abismo del que nadie parece querer rescatarlas, afirman los médicos.
“Cada día intentan suicidarse en nuestro país (España) un total de 243 personas ingiriendo fármacos de lo más diverso”, indica uno de los informes citados en el Congreso Nacional de Laboratorio Clínico que se lleva a cabo en la ciudad de Barcelona.

De acuerdo con el jefe de la Unidad de Toxicología del Hospital Universitario de Son Espases, Palma de Mallorca, Bernandino Barceló, “la crisis económica se ha unido como un factor más en las ideas suicidas”.
 

En las historias clínicas se observa significativamente el efecto de la crisis económica"
Sin embargo, el doctor Barceló considera que las personas que ingieren fármacos para quitarse la vida ya tienen un trastorno psíquico que se agrava con un conflicto familiar o con los problemas económicos.

“En las historias clínicas se observa significativamente el efecto de la crisis económica en las personas suicidas cuando hablamos con ellas tras recuperarlas, aunque la mayoría de las veces hay un conjunto de causas desencadenantes”, le dijo el especialista a la agencia EFE.

Además, Barceló señaló que cada día ingresan  542 personas (197.830 personas al año) a los servicios de urgencia de los diferentes hospitales españoles por diversas intoxicaciones.

En el 60% de las intoxicaciones diarias (325 personas) está presente el alcohol, y el 45% (243 personas) son por la ingesta, con intenciones suicidas, de psicofármacos, fundamentalmente benzodiacepinas: antidepresivos, ansiolíticos y relajantes musculares.


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/84705-espa%C3%B1a-crisis-suicidio-alcohol-drogas

La pauperización de la inmensa mayoría: movilización y lucha (Juan García)

Juan García Ballesteros
Una inmensa mayoría de españoles estamos hartos, cabreados, indignados. Tenemos razones más que suficientes para plantar cara, desafiar a este vergonzoso Gobierno que está llevando el deterioro social, económico, político y moral a las cotas más altas jamás conocidas. Por supuesto que los miembros del Ejecutivo y el partido que lo sustenta saben perfectamente lo que hacen y a quién deben servir. No están cometiendo errores. No están jugando a la gallina ciega, saben a quienes hay que dar los palos, dónde hay que golpear y cómo hay que hacerlo para hacer el máximo daño posible. No es un juego, es la voluntaria pauperización de los trabajadores en la búsqueda de una sacrosanta competitividad, que en lugar de sacarnos del hoyo ha disminuido la recaudación y los ingresos del estado, lo que les sirve para justificar los recortes y arruinar lo poco que queda (que ha costado mucha sangre conseguir) de un escaso estado de bienestar, la destrucción de los servicios públicos (sanidad, educación, I+D, dependencia…) y los derechos sociales fundamentales (vivienda, empleo, justicia,…) y que está rompiendo el difícil equilibrio social que se mantenía. Ha sido este Gobierno (sin olvidar el pasado) el que está devastando las condiciones de vida de los ciudadanos de manera que, si se quiere cambiar la situación, no nos queda otra opción que rebelarnos ante tanta injusticia, tanta corrupción (PP y Bárcenas, EREs en la Junta, CiU, Gürtel) y tanto engaño.


Si repasamos el año transcurrido, podemos comprender que ha sido sobre las espaldas de la inmensa mayoría de la población sobre quienes se han cargado los duros recortes y la pérdida de derechos sociales. A este Gobierno no se le cae la cara de vergüenza, porque no la tiene, se ríen (esa risa irónica del consciente especulador) ante las drásticas medidas que toman, se sienten orgullosos por destruir la hacienda y la vida de los ciudadanos, obedecen con la cabeza gacha y los pantalones bajados las recomendaciones de la troika europea, de los banqueros ladrones, sin escrúpulos, de los neoliberales organismos internacionales, de las grandes empresas y enormes fortunas que se enriquecen más a costa del sufrimiento y la pobreza de los de abajo.
 

Por ello, las subida del IVA al 21 % y del IRPF, la bajada de salarios y pérdida del poder adquisitivo de los jubilados, el copago sanitario y las tasas judiciales, los recortes en educación (7.000 millones €), los desahucios de miles de familias, los despidos baratos, la privatización de empresas públicas…, forman parte de la hoja de ruta que esta derecha española, católica y reaccionaria, tiene marcada (machacando lo poco que prometió hacer en campaña electoral) y que, lejos de rectificar, se atreve a continuar en 2013 con la misma nefasta política de recortes y plantean una nueva reforma laboral (mucho más dura y sangrante para los trabajadores) y acabar con el sistema público de pensiones.

Nos hacen creer que no hay otra salida a la crisis, sólo la que ellos plantean, pero no es así. Muchas voces críticas, de todo el espectro político, incluso algunas cercanas a la derecha más consecuente, llevan mucho tiempo planteando alternativas, de subidas de impuestos progresivos, de lucha contra el fraude y los paraísos fiscales, para poder facilitar inversiones públicas en el campo de la creación de empleo y así salir de esta espiral de desánimo y miedo al futuro.

Ante esta dura situación en la que nos encontramos, con un partido gobernante ilegítimo que conculca continuamente la Constitución y los acuerdos internacionales, que utiliza a las fuerzas de orden público para amedrentar a los ciudadanos, para pisotear y reprimir a la población pacífica que utiliza su derecho a manifestarse contra tanto atropello, tanta arbitrariedad y tanto dolor, no nos queda otra opción que la rebeldía social. Las medidas antisociales afectan a una gran mayoría de la gente, porque muchos, hasta hace poco inamovibles por su estatus social y sus condiciones económicas, se sienten amenazados. Nuestro país no puede soportar los más de cinco millones y medio de parados, los cerca de 1,8 millones de hogares sin ingresos y más de la mitad de nuestros jóvenes sin futuro. No sólo es la enorme lacra del paro, la pérdida de poder adquisitivo o de derechos sociales lo que está minando los cimientos de la estabilidad social, sino la enorme brecha abierta en cuanto a estado de bienestar, riqueza y, por tanto, acceso a bienes de consumo, entre la clase poderosa (económica, empresarial y, en la mayoría de los casos, política) y la gran mayoría de los ciudadanos.



Esta rebeldía social debe ser secundada por esa inmensa cantidad de personas que están sufriendo en sus carnes una crisis que ellos no han generado. Por ello, es el momento (estamos escasos de tiempo) para que la gente se organice, se involucre, se comprometa, luche. Hay muchas posibilidades de participación, muchos grupos sociales luchando por mejorar la situación. Lo importante es la toma de conciencia de cada uno para comprender que si no lo hacemos los de abajo, organizados, nos ahogarán, nos hundirán en el cieno. Entre ellos y desde hace unos meses está implantado en todo el estado el Frente Cívico-Somos Mayoría (FCSM) que tiene como referente a Julio Anguita. Un proyecto cívico-social que se fundamenta en la propia Constitución, en la Declaración Universal de los DDHH y los contenidos medioambientales recogidos en la llamada Carta de la Tierra. Es una propuesta colectiva, abierta a todos los ciudadanos que de forma individual deseen organizarse, sin tener en cuenta su adscripción política, sindical, religiosa o de otra índole y que sean capaces desde la base, en asamblea, de forma democrática, de elaborar un programa concreto, aplicable, perfectamente factible, desarrollable y legal, elaborado colectivamente y planteando una alternativa fundamentada. Un programa que por su incidencia en la actualidad, atraiga inmediatamente los apoyos necesarios no sólo para su elaboración sino para una movilización ciudadana consecuente, seria, decisiva y decisoria.

El FCSM, como proyecto colectivo, trata de constituir un poder ciudadano (contrapoder democrático) que induzca de manera creciente a los poderes públicos a legislar y gobernar en beneficio exclusivo de la mayoría, exigiendo una economía al servicio de las necesidades básicas de la gente y en armonía con el medio natural, acabando con tanta corrupción, tanto engaño, tanta desigualdad y restituyendo los derechos sociales, laborales y económicos que les han desvalijado a la mayoría de las personas en estos últimos años.

Quiero terminar con un párrafo que recoge el profesor Manuel Monereo en su reciente artículo "Frente Cívico: La emergencia de un Nuevo Espacio Público”, publicado en diferentes medios digitales, El derecho y el deber de resistencia frente a la tiranía de los mercados, la desobediencia civil ejercida pacíficamente y sin violencia es un derecho humano fundamental. La libertad se defiende ejerciéndola”.
 
 

Combates de este tiempo: Presentación del libro de Julio Anguita (Juan Andrade)


Este libro contiene un proyecto político que Julio Anguita y una parte importante de la izquierda alternativa de este país han tratado de definir durante los treinta últimos años, y que como todo proyecto tiene por ámbito de materialización el futuro. Por eso no se le podía haber dado mejor título que el de “Combates de este tiempo”, pues el libro ofrece precisamente una conexión entre todos esos intentos del pasado y los retos de la izquierda en estos momentos de crisis civilizatoria. En definitiva, el libro responde a la idea de que sin memoria no hay práctica política emancipadora posible y que las experiencias del pasado, incluso aquellas que salieron derrotadas, generan un capital de aprendizaje que no se puede dilapidar y que nos impulsa hacia adelante. 
 
                                            

El libro es una recopilación de escritos de Julio Anguita desde los años de la transición hasta la actualidad. Se trata de intervenciones públicas, mítines de partido y artículos en prensa que tienen la fuerza propia de los discursos de coyuntura, de las herramientas de combate. Escritos que destacan por su potencial evocador y por su capacidad propositiva: fogonazos de memoria que contienen análisis y propuestas de este tiempo. En él se reflejan los grandes momentos de la historia reciente de España y, sobre todo, las principales encrucijadas que atravesó entonces la izquierda alternativa, y con las que hoy se vuelve a tropezar como si de un eterno retorno se tratase.

En primer lugar, en el libro hay escritos de la Transición en los que se respira la vitalidad política del momento, pero también las cautelas y las críticas hacia un proceso en el que la falta de una ruptura democrática con la dictadura y la participación ingenua de la izquierda en los consensos había facilitado la reacomodación de las élites sociales en el poder y la preservación en gran medida del estatus quo económico. En segundo lugar hay varios escritos de sus años al frente de la alcaldía de Córdoba donde se defiende que la política municipal no es pura gestión desideologizada, sino una toma de partido constante: que cuando uno gestiona un presupuesto cabe optar por la iluminación de un acomodado barrio residencial o la mejora de las infraestructuras y servicios de los barrios obreros. También que el propósito de una política municipal de izquierda es demostrar a pequeña escala la viabilidad de los amplios proyectos de transformación social que se postulan a escalas mayores y que el ámbito municipal es particularmente apropiado para construir cauces orgánicos donde la voz de los ciudadanos pueda escucharse: que gobernar desde la izquierda no es gobernar para los de abajo, sino gobernar desde abajo. 

En el libro hay un volumen considerable de escritos de la época de Julio Anguita como coordinador general de Izquierda Unida. En él abundan las intervenciones referidas a los tres retos más importantes a los que tuvo que hacer frente la organización: tres cuestiones que generaron profundas divisiones internas, que a mi juicio se cerraron en falso y que, como se cerraron en falso, siguen lastrado a IU. 

                                             

La primera encrucijada de IU tuvo que ver con la caída de la URSS y los debates en torno a la disolución o no del Partido Comunista de España. Julio Anguita intervino en ellos como Secretario General del PCE no desde una postura empecinada y nostálgica de defensa numantina de las virtudes de un modelo decrépito, sino desde la idea de que era necesaria una crítica y autocrítica de aquella experiencia histórica, pero una crítica y autocrítica desde los parámetros de la propia cultura comunista y nunca en los términos que le reclamaban sus adversarios. En este sentido, Julio Anguita fue de los que apostó en esos tiempos realmente difíciles por la existencia del Partido Comunista y por la idea de que las críticas a los errores y, más allá de los errores, a los crímenes del Socialismo Real no empañaban la trayectoria de lucha de tantos comunistas por el socialismo y democracia y que ese fracaso no restaba sentido al comunismo como proyecto de futuro, como modelo más racional de organizar la producción y la convivencia. 

La segunda encrucijada tuvo que ver precisamente con el proceso de conformación de la Unión Europea que hoy está en crisis. Se produjo entonces un debate en el que el sector encabezado por Julio Anguita se opuso abiertamente al Tratado de Maastrich denunciando que se estaba construyendo una Europa donde los intereses de los mercados se impondrían a las necesidades de los ciudadanos y donde la lógica de los Estados primaría sobre los intereses del conjunto de la unión. Se denunciaba que con el paso de transferencias del Estado - Nación a la Unión Europea se daba a los poderes financieros la oportunidad de confiscar la soberanía de las pocas instituciones susceptibles de control democrático existentes a nivel nacional, sin construirse otras europeas donde pudiera ejercerse ese control. Se denunciaba que la denominada independencia del Banco Central Europeo le convertiría en una correa de transmisión de los grandes grupos financieros; que el parlamento de Estrasburgo apenas tendría competencias frente al poder oligárquico de la Comisión Europea; que crear una monedad única sin un Estado detrás era un disparate; y que el dogma de la reducción del déficit público conduciría al desmantelamiento del Estado de Bienestar. A nadie se le escapa que de aquellos polvos vienen estos lodos y que el curso de los acontecimientos ha venido a dar la razón a quienes entonces se opusieron al Tratado Maastrich y a toda la literatura mediática que lo soportaba, frente a aquellas otras corrientes de IU y de Iniciativa per Cataluña que, por pánico escénico, por miedo a ser tachados de antieuropeísta o por esa necesidad acomplejada de formar parte del “sentido común” rompieron la cohesión del colectivo y respaldaron el Tratado. 

La tercera encrucijada tuvo que ver con las relaciones de Izquierda Unida frente al PSOE. Durante la etapa de Julio Anguita IU desató una oposición valiente y sin complejos frente a las privatizaciones del sector público, las contrarreformas fiscales, las reducción de las pensiones y las reformas laborales regresivas aprobadas por el PSOE en el gobierno y frente a la corrupción generalizada del partido en el poder, denunciando casos tan sonados como el de Juan Guerra, las escuchas del CESID, Filesa, los Fondos Reservados y particularmente el terrorismo de Estado de los GAL. A cambio IU fue objeto de una operación planificada de acoso y derribo por parte del aparato político, judicial y sobre todo mediático del PSOE, que construyó la famosa “Teoría de La Pinza”, según la cual criticar al PSOE suponía alinearse directamente con el Partido Popular. El mayor problema fue que esta campaña exterior penetró en Izquierda Unida desatando un agrio debate sobre su razón de ser y de relacionarse con otras fuerzas políticas que la rompió por dentro y que todavía no se ha resuelto. 

                                    
Finalmente los escritos más abundantes en esta recopilación se corresponden a la trayectoria de Julio Anguita tras dejar la coordinación de IU. Se trata de una etapa muy activa en su vida política y que apenas ha transcendido a los medios de comunicación, quizá porque en ella Julio no ha funcionado como el habitual divo de la política que vive de las glorias pasadas, como el antiguo dirigente que se resiste a soltar las riendas de su organización o como el ex líder que trata desesperadamente de permanecer en el mundillo mediático a base de declaraciones histriónicas. Por el contrario ha sido ésta una etapa en la que Julio Anguita ha tratado de impulsar desde abajo movimientos cívicos donde aglutinar amplios sectores críticos. De estas experiencias cabe destacar el impulso a Unidad Cívica por la República, un movimiento desde el que Julio Anguita contribuyó a horadar el entonces densísimo blindaje político y mediático de la Monarquía, pero también a plantear que un proyecto auténticamente republicano va mucho más allá de la forma de Estado. En este sentido el libro termina con puntos suspensivos, pues a pocos se les escapa que las presentaciones que de él está haciendo Julio Anguita estos meses están realmente dirigidas a promover un Frente Cívico contra el despojo de que está siendo objeto el país y el Golpe de Estado fáctico de la oligarquías. 

Pero por encima de todo eso lo más interesante del libro es que refleja elocuentemente lo que han sido y son las ideas-fuerza del pensamiento y la práctica de Julio Anguita, los puntos cardinales en los cuales se ha encuadrado su proyecto político, las constantes que pueden abstraerse en estos más de 30 años de compromiso. O dicho de otro modo: las ideas que durante un tiempo vertebraron el proyecto de la izquierda alternativa de este país, pues los dirigentes no son sino los portavoces de los anhelos de la militancia más activa y consciente. Y estas ideas, centrales a mi juicio para la reconstrucción de la izquierda, son:
1) La insistencia en la utopía como seña de identidad fundamental de la izquierda. Pero la utopía no entendida como ensoñación evasiva, ni como proclama retórica desvinculada de la práctica, ni como quimera alienante. La utopía concebida, en la línea de Ernest Bloch, como “lo que todavía no es” pero “puede ser”, como el espacio de redención de un presente con el que nos sentimos disconforme. La utopía es el punto en el horizonte hacia el cual nos dirigimos y es por eso el principio regulativo de la práctica cotidiana. Utopía es hacia donde vamos, pero también lo que vamos anticipando con nuestras acciones en el presente.
2) La afirmación constante del programa como el elemento central de cualquier proyecto político y el recelo consecuente de la política como eslogan, como consigna, como mistificación. Es decir, la afirmación de que la identidad de una organización política no radica en la rotundidad de sus siglas, ni en las alusiones a su pasado glorioso, ni en sus proclamas ideológicas; sino en su en su capacidad de elaborar colectiva y racionalmente una alternativa y de sostenerla socialmente mediata la movilización. Que la unidad de acción en torno a un programa es la mejor forma de gestionar la diversidad político-ideológica de una organización plural y de preservarla como un valor, y que el programa debe ser el punto de referencia para definir las relaciones con el resto de las organizaciones políticas. Lo que se planteaba es que las alianzas puntuales o de largo recorrido con otras fuerzas políticas debía hacerse en función de acuerdos programáticos concretos y no atendiendo a la similitud entre las siglas, a pasados compartidos o a los cantos de sirena de eslóganes sin contenido como la famosa “Unidad de la Izquierda”, “La Casa Común” o el “Juntos podemos”.
3) La afirmación de la necesaria autonomía de cualquier proyecto que se pretenda alternativo. Es decir, la concepción de Izquierda Unida como un movimiento político y social que aspira a construir con otros movimientos sociales un proyecto alternativo y no como un partido político al uso que solo es capaz de definirse en positivo o en negativo frente a los partidos ahora mayoritarios y que aspira a ser el apéndice, el añadido, el soporte o el simple e ingenuo elemento de contención de cualquiera de ellos, del PSOE o del PP.
4) La idea de que la izquierda es cambio y la derecha permanencia y que por tanto debe estar en constante renovación; pero que la renovación no es ni una claudicación de principios ni un frívolo agiornamiento estético o generacional, sino un intento porque las ideas de la izquierda se instalen en nuevos marcos organizativos y políticos para su mayor difusión y hegemonía social. Y en consecuencia, su apuesta por la refundación de IU como un proceso que debe hacerse no desde los acuerdos cupulares entre los dirigentes de los clanes habituales, sino desde abajo, desde la capilaridad de las organizaciones de base, en torno a propuestas de acción con otros colectivos y siempre al calor de la movilización social.
5) La consideración de la identidad comunista como una identidad inclusiva y no sectaria, como una identidad que, como dice expresamente Julio Anguita, fundamenta ideológicamente su compromiso y le estimula e impulsa hacia el encuentro con otras identidades en la perspectiva de construir síntesis políticas y programáticas.
6) La concepción de la comunicación política como una forma de pedagogía popular, pero no de populismo; es decir, la afirmación de que a los dirigentes de la izquierda se los tiene que entender, y se los tiene que entender sin que eso implique vulgarizar el discurso. Y aquí es donde se ha puesto de manifiesto en el caso de Julio Anguita una habilidad inusual en los dirigentes políticos: la de su capacidad didáctica de traducir análisis complejos a un leguaje comprensible y al mismo tiempo riguroso o sus estrategias de acercarse a la gente utilizando el leguaje más comprensible de los derechos humanos y no una jerga corporativa hiperideologizada.
7) No tener pánico escénico, ni sufrir tampoco la tentación de caer en el esteticismo de la marginalidad. Cumplir ese viejo aserto revolucionario que dice que el arte de la vanguardia consiste en “aspirar siempre a ser mayoría, pero no tener miedo a quedarse en minoría”. Tener la valentía de salirse de los grandes consensos cuando nuestro programa lo requiera, como sucedió con Maastrich y con la Monarquía. Es decir, tener la valentía, como el mismo dice, de “no salir en la foto”, de no ceder a la tentación de disfrutar con los halagos del adversario, de evitar a toda costa que el enemigo te pase la mano por el lomo.
8) Que la política transformadora debe ser una pasión razonada. Que frente al esteticismo y al nihilismo de la posmodernidad hay que imponer la fuerza de la razón y que frente a la frialdad y al cálculo de los políticos profesionales hay que poner el pulso de la pasión, por lo menos hasta donde el corazón lo permita. 
                            

Por ultimo, visto con perspectiva, en IU ha habido y sigue habiendo tres almas, que son, como diría Max Weber, tres tipos ideales. Estas tres almas no se corresponden exactamente con corrientes definidas orgánicamente o con figuras concretas, sino que se trata de tres pulsiones que coexisten y se solapan en el seno de la organización, de tres almas que han transmigrando de unas corrientes a otras, de unos dirigentes a otros o que han convivido de manera esquizoide. La primera es un alma tradicional, conservadora, ortodoxa, identitaria, retórica, aferrada a los grandes símbolos, nostálgica de las viejas glorias: una izquierda que anda agarrada siempre al palo de la bandera para que no se la lleve el viento de la historia. La otra es un alma pragmática, contenida, posibilista, calculadora, institucionalizada, que apela constantemente al realismo y la renovación, pero que es incapaz de concebir la práctica política más allá, en el mejor de los casos, de la socialdemocracia clásica. Un alma tacticista, tan ingenua como resabiada, que piensa que negociando con el poder puede cambiar al poder, cuando lo habitual es que en esos casos el poder le cambie a uno. Pero frente a esas dos almas hay un alma alternativa, anticapitalista, radical pero no retórica, profundamente democrática, en constante renovación, heterodoxa, abierta a las nuevas experiencias de lucha y en conexión con la mejor memoria de las luchas pasadas. Creo sinceramente que éste alma habita en el libro que nos presenta Julio Anguita y que su lectura puede contribuir a que se encarne en las luchas cotidianas de la gente.

Nota: la presentación tuvo lugar en el hotel Ágora de Cáceres el 20 de octubre de 2012. En la mesa estuvieron Víctor Casco, Ricardo Gómez, Juan Andrade y Julio Anguita.


Juan Andrade es miembro del Frente Cívico y profesor en la Universidad de Extremadura.

23 de enero de 2013

La Plataforma por la Renta Básica rechaza el borrador de la ley del PP

(Agencia Efe )


La Plataforma por la Renta Básica "rechaza frontalmente" el borrador del anteproyecto de ley de la Juna de Extremadura: El portavoz de la Plataforma ha indicado que la Junta no ha garantizado que se destinen a estas ayudas 93 millones de euros, los 80 presupuestados en 2012, más los 13 recogidos en las cuentas para este año. La Junta sólo responde ahora de los 13 millones de euros del 2013.

Así lo ha explicado el representante de la plataforma, Abel Izquierdo, que ha mantenido una reunión con el consejero de Salud y Política Social, Luis Alfonso Hernández Carrón, que les ha presentado un borrador, a su juicio, "muy limitado".
                            
Para el representante de la plataforma, las 5.000 personas a las que podría beneficiar la renta básica, según el consejero, son "muy pocas", ya que hay 70.000 sin ningún tipo de prestación y "van a seguir creciendo".
Según Izquierdo, la propuesta del Gobierno regional "no es renta básica", sino una variación de las ayudas para la integración social en casos de emergencia (AISES), que desde el punto de vista de la organización "incluso empeora las condiciones".
Las ayudas AISES exigen que la persona que lo solicite haya residido al menos un año en Extremadura, y el borrador aumenta el requisito a cuatros años, ha indicado Izquierdo.
También ha advertido de que antes se ofrecían hasta 400 euros a partir de los 18 años, y ahora sería de 372,5 euros desde los 25 años.
Tampoco ha gustado a la Plataforma por la Renta Básica que los solicitantes tengan que presentar más de catorce documentos, para justificar si tienen vehículos y locales de su propiedad, por ejemplo.
"Estos requisitos son una carrera de obstáculos", según Izquierdo, que ha criticado que los interesados sólo percibirán la ayuda durante seis meses, que pueden ser prorrogados por otros seis.