La sensación era la de "volver a casa" como un sujeto político que ha madurado y que sigue sin tener miedo. Casi un año después de las manifestaciones que prendieron la mecha del movimiento de los indignados, las plazas de más de 80 ciudades españolas volvieron ayer sábado a convertirse en un grito unánime contra un sistema que, aseguraban los convocados, ni les gusta, ni les representa. De forma pacífica y reivindicativa, como acostumbra el 15-M, miles de ciudadanos volvieron a exigir en la calle una salida alternativa a la crisis económica, política y social, que no cargue el sacrificio sobre las espaldas "de los de siempre".(Tomado de la crónica de Elena Herrera en el Diario Público)
El pueblo unido jamás será vencido
Y con la indignación han vuelto a las plazas la esperanza y la imaginación.
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