11 de abril de 2012

Entrevista con La Trastienda sobre la ILP por la Renta Básica


Entrevista con La Trastienda para Rojo y Negro sobre la ILP por la Renta Básica, realizada por Kike, de CGT Cuenca. 



1. ¿Cómo ha surgido la idea de una I.L.P. en Extremadura? ¿Con qué objetivos se plantea? 

Tres hechos constituyen la levadura de origen en esta Iniciativa Legislativa Popular por la Renta Básica en Extremadura. Las primeras semillas son los debates sobre la Renta Básica que se han venido realizando desde Baladre en Extremadura durante los últimos años. Hay que recordar que en el 2004 ya se hizo un libro de creación colectiva que llevaba por título: Vivir donde quieras. Del PER a la Renta Básica. Ya entonces, distintos colectivos y personas  pensábamos que la Renta Básica podía constituir un idóneo instrumento de lucha y transformación social frente al paro tecnológico, frente a la producción de “población sobrante” y frente a la generalización de la precariedad y la manipulación del miedo a la pobreza.


El segundo impulso significativo viene a partir de la constitución de La Trastienda. Es un colectivo por los derechos sociales que nació en el otoño de 2010, de los rescoldos de la Coordinadora Anticapitalista frente a la Crisis y del intento de crear Asambleas de Parados en la región. La Trastienda reúne a militantes de distintos orígenes y trayectorias ideológicas. Libertarios, marxistas, cristianos de base, humanistas, ecologistas, nos unimos bajo un común paraguas anticapitalista y, sobre todo, con el propósito de centrar nuestros esfuerzos en la lucha por los derechos sociales. El paro, el copago sanitario, el impago de las hipotecas, la exclusión social, son algunos de nuestros afanes desde entonces. Como grupo, participamos del parto y del despliegue del 15M en Mérida y en Extremadura. Y en el otoño de 2011, cuando parecía que el 15M entraba en un proceso de relativa hibernación, pusimos encima de la mesa la propuesta de la ILP por la Renta Básica. Creemos que es una contribución a sostener la movilización de las plazas y, al mismo tiempo, a tender un puente entre las plazas y los barrios, entre los precarios cualificados y la población más machacada de las periferias. 



El tercer factor, y quizás el más decisivo, que nos ha conducido a poner en pie la ILP ha sido la propia realidad asfixiante, la reflexión sobre la crisis y sobre el deterioro creciente de las condiciones de vida para los comunes. Casi 150000 parados en Extremadura, miles de personas acogidas a los programas de alimentos de Cáritas, incremento en un 54% de los desahucios de vivienda durante el año 2011… La crisis es esplendor para el capitalismo, como dice nuestro compañero José Iglesias. Una gran mentira mediática e institucional, pero cuyas consecuencias pagan siempre los de abajo. Expresado con las palabras de Óscar Romero: “las víboras sólo pican a los que van sin zapatos”.

La ILP que defendemos pretende hacer posible lo necesario. Planteamos la Renta Básica como nuevo derecho ciudadano, pero empezando por los colectivos sociales más golpeados por la crisis,  por las personas pobres, paradas y precarias. Ha llegado la hora de pasar la página universitaria de la Renta Básica para convertirla en un instrumento de lucha social. Hay que pasar de  los seminarios entre sociólogos a las plazas y barriadas. Llevar la Renta Básica donde la papa quema.



2. ¿Cómo se está desarrollando la ILP? 

Pretendemos que la ILP sea una herramienta que permita realizar un trabajo de base, de relación con todo el tejido crítico en Extremadura. La respuesta está siendo extraordinaria. Desde noviembre que empezamos a debatir la propuesta, se han incorporado ya a los debates más de 500 personas en las distintas ciudades y pueblos. La implicación va desde las asociaciones de los barrios más breados, como Aldea Moret en Cáceres o Suerte de Saavedra en Badajoz, al 15M de distintas localidades como Almendralejo, Villanueva de la Serena, a asambleas de parados como la de Plasencia, la Plataforma Ciudadana Refinería No, militantes del sindicalismo crítico, de redes cristianas, de los colectivos humanistas o de la izquierda anticapitalista…
El apoyo a la ILP es muy plural y está consiguiendo penetrar en sectores muy diversos de la población. Se está abriendo un debate social considerable y pensamos que la ILP puede ser el embrión de un sólido movimiento popular por los derechos sociales.

3. Hoy que todo el mundo parece inmerso en eso de salvar sus muebles, en no perder tanto o no perder más, sin embargo en Extremadura... ¿Os lanzáis de lleno por el reparto de la riqueza?
 
Justamente es el momento de exigirlo todo, como dice el compañero Manolo Sáez. Hace unos años se hablaba de los mileuristas como el último pan de la banasta, como los peor situados en el “mercado de trabajo”. Hoy ya se habla de los nimileuristas. Si no ponemos pie en pared, aquí acabaremos desollándonos entre los de abajo y trabajando por la comida. 

La Iniciativa popular por la Renta Básica es un intento de unir a los comunes, a los distintos componentes del “pueblo precario”, con una propuesta a  la ofensiva. De unir a los viejos y a los nuevos pobres. A los pobres de solemnidad y a los jóvenes hipercualificados condenados a la emigración; a los llamados con eufemismo “personas en riesgo de exclusión social” y a los integrantes de la generación perdida que, a pesar de las resistencias de muchos de ellos a quitarse de los ojos la tramposa venda-promesa de clase media, están siendo despojados de un futuro digno.

Hay que terminar con el tiempo defensivo. El castillo de naipes de las clases medias se ha venido abajo. La ficción de “todos somos clase media” se muestra como  lo que era, un camelo que guardaba la viña del capital y del poder. La renta básica debe servir como instrumento de supervivencia y al mismo tiempo, como anticipación de otra forma de vivir, alternativa al capitalismo.

Cuando se habla de Renta Básica, florecen los abogados del diablo. Tres son las pegas fundamentales que se le ponen a la propuesta. La primera es que la Renta Básica podría alentar la pasividad y la haraganería. La segunda es la duda por su viabilidad económica; ¿pero de dónde saldrá el dinero?, se nos dice repetidamente. Y la tercera, similar a la que mencionáis en la pregunta: ¿acaso no tenéis demasiados pájaros en la cabeza? ¿Cuándo se pierden derechos a chorros, esto no será un canto al sol, una “utopía”? Para salir al paso del primer inconveniente, hay que llamar la atención sobre la tópica asociación entre pobreza y pereza, justo cuando tenemos a la vista a Urdangarín y a la cohorte de caros parásitos que sostenemos. Para responder a la segunda dificultad, habría que ponerle número a la injusticia de todos los días: podemos mencionar, a modo de ejemplo, los 30000 millones de euros de fraude fiscal, los 146000 millones de euros destinados desde el 20088 al rescate de los bancos, o el gasto militar (1 de cada 8 euros)... No falta dinero ni riqueza, sino fuerza social para obligar a su reparto.

El problema de fondo que une a las tres dudas más comunes no es otro que la psicología de la derrota. Queremos bailar otro baile, pero sin salirnos de la baldosa marcada por el poder. El azogue de que salga hasta el último número tiene que ver con algo que no reconocemos pero que está bien presente, incluso entre muchas personas que se denominan anti-sistema: “el capitalismo no es cuestionable”. Y así, claro está, no hay salida. Si otro mundo no es pensable, otro mundo no es posible. Si ni siquiera nos atrevemos a cuestionar el “mercado de trabajo” capitalista, deberemos aceptar, como parte de su lógica impecable, la necesidad que el capitalismo tiene de disponer de un gran ejército de reserva compuesto ya sea de lázaros o de titulados universitarios para restaurar el dogal salarial. La reforma laboral no es otra cosa, justamente, que la renovación salvaje de las condiciones que garantizan ese dominio de clase.


4. ¿Qué debate esperáis en el parlamento? ¿Qué retrato obtendrá de los parlamentarios las gentes extremeñas cuando hace pocos meses se hacía público el apoyo de IU a los presupuestos del PP a cambio de la posibilidad de desarrollar en Extremadura la Renta Mínima de Inserción?
 
Para empezar, hay que señalar que, en nuestra opinión, la ausencia de mayoría absoluta es una coyuntura que favorece la ILP. Los partidos se van a tener que retratar frente a esta iniciativa ciudadana y los intentos por aguar la propuesta, que se darán, estamos convencidos, tendrán que moverse en el terreno más resbaladizo de la inestabilidad política. 

De todas formas, que el vino no se agüe va a depender, sobre todo, de la fuerza social que seamos capaces de concitar. La Renta Básica no es una renta de inserción. Nosotros no estamos hablando de dignificar o mejorar las ayudas de emergencia social (AISES), sino de abrir la vía a la RB como derecho ciudadano. De todos modos, hay que decir que hasta que desde La Trastienda no se avanzó la propuesta de Renta Básica no apareció ningún dinero adicional para protección social. Los 20 millones de euros que ahora se anuncian para destinarlos a la renta de inserción son, en cierta forma, la primera prenda que se cobra el debate social y el proceso de movilización social que hemos iniciado. Pero está claro que esa es una cantidad muy insuficiente, de la que sólo podrían beneficiarse alrededor de 3000 personas. Sólo para atender a la primera fase de la ILP (parados sin cobertura) hacen falta alrededor de 300 millones de euros.

Pero, dicho esto, hay que indicar que nosotros no vamos a practicar la espera ni el atentismo. Los avances de la Renta Básica vendrán, sobre todo, de nuestra capacidad para construir movimiento social, fuerza popular, organización de la rebeldía y la rabia social.


5. ¿Qué efectos inmediatos tendría la implementación de la RBIS en Extremadura?

La aplicación de la renta básica tendría tres fases. La primera se aplicaría de forma inmediata y afectaría a las personas sin ingresos ni cobertura.  La segunda fase abarcaría a las personas con subsidios o pensiones por debajo de los 600 euros, para equiparar sus ingresos a esa cantidad. El plazo para implantarlo en esta segunda fase sería de un año. Y por último, una tercera fase de progresiva generalización, en coherencia con la definición de la renta básica como derecho individual, universal e incondicionado. 

Pero, más allá de las fases de implantación que se proponen, hay que destacar el gran potencial transformador de la Renta Básica. Para unos, se tratará más de garantizar el derecho a la existencia; para otros, primará la RB como avanzadilla de una sociedad alternativa. En cualquier caso, para unos y para otros, la Renta Básica puede ser una renta de liberación individual y colectiva.

6. ¿Y después de la I.L.P?

Primero, metamos el gato en la talega, como se decía antes aquí en los ambientes jornaleros. Primero hay que recabar nada menos que 45000  firmas, que no son pocas. En 27 años, desde que existe la regulación autonómica de la ILP, no ha culminado su tramitación ni una sola iniciativa. Baste decir que, en este mismo periodo, se han tramitado en Canarias 26 ILP. La ILP, lejos de ser un sobresaliente mecanismo de democracia participativa, se ha convertido en una carrera de obstáculos. Se exige el 5% del censo electoral y además un montón de requisitos procedimentales. Tenemos 6 meses para recabar las firmas y luego vendrá el debate en el parlamento regional. Y, antes y después del trámite parlamentario, la defensa en la calle de la propuesta que hemos hecho.

Aspiramos a la construcción de un movimiento popular por los derechos sociales, perdurable, ligado a las demás luchas contra la precariedad y la pobreza, contra la reforma laboral y contra la dictadura de los mercados. Las agresiones antisociales no van a parar; “Grecia viene de camino” y la propuesta de ILP por la Renta Básica puede ser una contribución a la resistencia popular. Pero no pretendemos que sea una iniciativa episódica, sino que cree vínculos firmes entre los participantes. Entendemos la lucha social y política no como representación, sino como participación directa y como creación de comunidad.

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