23 de abril de 2012

Extremadura: Los ERES aumentan un 128%

La industria extremeña se desmorona

El número de afectados por expedientes crece un 128% en este primer trimestre respecto al de 2011

Fuente: Celestino Vinagre (Diario Hoy)

Hace dos semanas, en Burguillos del Cerro, en la comarca de Zafra, unas 700 personas se agolparon en la Casa de la Cultura. No lo hicieron para disfrutar de una película o de una conferencia. Tampoco para paladear una actuación musical. Allí, en un pueblo de algo menos de 3.300 vecinos, el asunto no está para fiestas. A 66 familias la angustia les atenaza desde 2009, cuando Granitos de Badajoz (Grabasa), puso en marcha un expediente de regulación de empleo (ERE). Primero fue extintivo. Salieron cerca de una treintena de personas. Después vino uno temporal, prorrogado hace poco, que afecta a 66 trabajadores. 
Viendo la botella medio llena, el caso de Grabasa, en concurso de acreedores desde agosto, es el de una industria relevante con actividad, clientes nacionales y extranjeros y que da de comer a muchas bocas. Empresa y trabajadores han cerrado un plan de viabilidad y han llamado a las puertas de la sociedad pública Avante para recibir una inyección tope de 2,2 millones y entrar en su repartido accionariado. En dos meses, tras una auditoría externa, la Junta responderá. 
 
La visión negativa que ejemplifica esta empresa del granito, que fue una de las cinco más importantes de España, es la tendencia del mercado laboral, que se ha recrudecido en este primer trimestre de 2012. Cada vez se destruye más empleo y el que se mantiene o lo hace mediante la suspensión temporal de contratos o la reducción de jornada. 
En las tres modalidades, en todo caso, la estadística se ha disparado en este inicio de año comparándolo con el anterior. La depresión económica, lejos de remitir, sigue dejando damnificados. Y eso, para una comunidad como la nuestra con un pulso industrial tan débil, es un drama al cuadrado. «Nuestra lucha es mantener viva la empresa y los puestos de trabajo, que son los que mantienen vivo a este pueblo y a la comarca», resume José Manuel Olmedo, presidente del comité de empresa de Grabasa. Sus trabajadores repartieron el viernes 1.700 octavillas por la localidad dando las gracias a los vecinos por el apoyo dado y a la predisposición de la Administración regional a echar una mano.

 
Muchos más casos
 
En Grabasa aún hay esperanza, pero existen numerosos ejemplos recientes en los que la historia se cuenta de otra manera. Fundiciones Zafra cerró a principios de mes y dejó en la calle a 93 personas. En esta semana, la constructora Exconsa Miajadas, que en el momento de mayor actividad llegó a tener a 300 trabajadores en nómina, ha finiquitado, mediante un acuerdo con la plantilla, los 77 trabajadores que quedaban. La sociedad está en concurso de acreedores y se encamina hacia su disolución. 
En la antiguamente poderosa Joca, también en concurso de acreedores con una deuda reconocida de 111,7 millones de euros, se produjo hace unos meses un ERE extintivo sobre 93 empleados, a los que se suman otros en Saconsa y otras empresas del grupo Katry. Y el emblema industrial de Extremadura, el Grupo Gallardo, ha venido ejecutando expedientes de regulación de empleo que han provocado la salida de cerca de 300 empleados en los últimos dos años.
En el sector agroindustrial, clave para Extremadura, también han aparecido los ERE, como el de la tabaquera Cetarsa, que se ha llevado por delante a 120 empleos, de ellos 76 en su planta de Coria.

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