El Día de Extremadura ha venido precedido por una campaña de movilización contra los recortes sociales y por la Renta Básica en Extremadura. Los actos contra los desahucios en viviendas sociales, las concentraciones en el SEXPE contra los recortes a los parados o la expropiación de alimentos en el Carrefour son algunas de los actos reivindicativos que se han desarrollado en los dos últimos meses, acompañando al proceso de recogida de firmas de la Iniciativa Legislativa Popular. Y, junto a esas luchas, la movilización de los empleados públicos o la de los pueblos afectados por el cierre de los consultorios médicos han caldeado un verano de intensa movilización social. El día 7 de septiembre, en las puertas del Teatro Romano de Mérida tuvo lugar el último de esos hitos. Junto al 15M de Mérida, la plataforma Térmicas No y la plataforma contra el cierre de los PAC en Madroñera, que protagonizó una marcha de 3 días hasta la capital de la región, convocamos una concentración para denunciar el despilfarro institucional, reclamar la democracia real y abogar por una Extremadura de los derechos sociales.
Más de 1500 personas venidas de toda la región participaron en la manifestación del día 7. Frente a la Extremadura oficial, la Extremadura real clamó en la calle contra el paro y por la Renta Básica, contra los recortes sociales y por la educación y sanidad públicas, contra el cierre de los consultorios médicos y contra la contaminación de Extremadura.
Colectivos feministas como Las Salamandras Sincréticas, gentes de los Centros Sociales Okupados La Brecha (Badajoz) y El Sitio (Mérida), esforzados caminantes de Madroñera, jóvenes combativos de la UJCE, vecinas de Bellavista o del PERI amenazadas de desahucio, empleados públicos en lucha contra los recortes, militantes del 15M, de la CNT, de IU, de Equo, de CGT, de Red Roja, de Comisiones Obreras, del Partido por un Mundo más Justo, de las Plataformas de Afectados por las Hipotecas, de Baladre y otros muchos activistas del ecologismo social, del sindicalismo crítico y de los movimientos sociales de base. Y sobre todo Pueblo, gente de abajo, trabajadores de todas las clases. Pueblo gritando a los políticos que no es tiempo de medallitas, lanzando dedos-gominolas guillotinados a Monago.
El ambiente era de alegría, conscientes de que el reto no era nada fácil. Era la primera vez que no convocaba la Plataforma Ciudadana Refinería No, la organización que ha dado cuerpo a esta movilización en los últimos años. La iniciativa había partido de la Plataforma por la Renta Básica y del 15M de Mérida y había los nervios propios de una convocatoria incierta. Además, no faltaron las provocaciones y las maniobras de última hora para intentar que el acto fuese un fracaso. Y el despliegue policial le añadió tensión a la concentración, rodeando la misma por todos sus costados.
Se llevaron a dos jóvenes, en un amago de detención. A uno le identificaron porque, según la policía, su perro había mordido a un agente. Pero resulta que el peligroso perro era éste:
"Estas son nuestras armas", gritaron a la policía los jóvenes, numerosos en la concentración.
Los compañeros y compañeras del 15M de Mérida entregaron diplomas alternativos a Víctor Chamorro, Ángel Vadillo y a la Plataforma por la Renta Básica en Extremadura.
Pero, quizás el momento más emotivo fue el reconocimiento al Sindicato Andaluz de Trabajadores, por su ejemplar lucha. Xari, en nombre del SAT, recogió el galardón:
En definitiva, la Extremadura real salió a la calle a gritarle a la Extremadura oficial que el tiempo de la resignación y de los abusos se ha terminado. No nos engañarán con sus fintas de palacio, con sus promesas de etéreas rentas de inserción y descuentos de IVA cultural. El 7 de septiembre fue una excelente movilización que permite seguir acumulando fuerzas para enfrentarse a la dictadura de los bancos y al desastre social en curso. anticipando otras luchas inmediatas de mayor envergadura.
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