(Publicado en el Diario Hoy)
Lo ocurrido el miércoles en Los Salesianos de Mérida
durante la manifestación estudiantil, cuando varios jóvenes entraron en
este colegio concertado sin que la policía que vigilaba a los
manifestantes se percatara, es ya un asunto de relevancia nacional. El
incidente fue minimizado al principio por el director del centro, pero
se ha saldado ya con cuatro detenciones, tres el viernes por la noche y
otra ayer por la mañana. Los acusados quedaron en libertad a las pocas
horas y están a la espera de que el juez los llame a declarar en los
próximos días.
Los hechos provocaron una repentina rueda de prensa del
delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López-Iglesias, que ayer
desveló que la Fiscalía General del Estado había abierto diligencias
sobre el asunto, lo que podría derivar en la comparecencia en el
Congreso de los Diputados del ministro del Interior, Jorge Fernández
Díaz. La petición la realizará el portavoz del grupo parlamentario de
Izquierda Unida, José Luis Centella, según indicó el diputado de
IU-Extremadura, Víctor Casco, que se encontraba desayunando en un bar de
la calle San Juan de Dios de Mérida con el último de los cuatro
detenidos. Pasadas las once de la mañana llegó la Policía Nacional y se
llevó al militante de Juventudes Comunistas, Rafael González, de 24
años, el único que no había atendido la notificación policial previa
para que acudiera a declarar a comisaría. Cuando ayer lo requirieron en
persona los agentes, no opuso resistencia. Le informaron de que estaba
acusado de desorden público y a la salida de las dependencias policiales
manifestó que él nunca entró en el centro educativo ni le consta que lo
hicieran otros jóvenes.
El delegado del Gobierno en Extremadura, Germán
López-Iglesias, tampoco pudo confirmar que esta persona entrara en el
colegio cuando detalló ayer cómo habían transcurrido los tres días de
manifestaciones en las principales localidades extremeñas contra los
recortes en la enseñanza pública.
«Por el eco que ha tenido», se explayó con el suceso
denunciado por el director del colegio salesiano de Mérida. Concretó que
la Policía Nacional ya ha tomado declaración a doce personas, de las
cuales entre ocho y diez son profesionales del centro, entre ellos el
director y el administrador. También informó de que los acusados son
tres adultos de 24, 21 y 19 años, y un menor de 17. El motivo de
requerirlos -dijo- fue por instigar a la comisión de algunos hechos que
no supo si se pueden calificar como falta o como delito «porque aquí el
espacio es muy amplio».
«Corretearon y vociferaron»
López-Iglesias escuchó ayer en privado al jefe superior
de policía y relató después a los medios unos hechos que ya tienen
versión oficial. Explicó que durante el segundo día de huelga los
manifestantes acudieron a varios institutos de la capital autonómica,
siempre escoltados por un grupo policial.
Después de corear varios cánticos en el instituto Santa
Eulalia los agentes supieron que se dirigían a Los Salesianos, una
dotación ya los esperaba allí y avisaron al director de este centro
concertado para que cerrara las puertas.
Así se hizo con el cerramiento perimetral del recinto,
pero en el centro educativo hay abierta una puerta trasera que da a la
cocina, estaba abierta y por ahí accedieron varios manifestantes.
Según contó el delegado, «entraron entre ocho y doce
personas, todos menores y de entre 14 y 16 años, corretearon por el
edificio, vociferaron y hubo algún encuentro con el personal de la
cocina y una profesora. Sí es cierto que se dijo 'como me grabéis se os
va a caer el pelo' y 'menos crucifijos y más trabajo fijo', cánticos que
también se escucharon fuera, así como 'dónde están los curas que los
vamos a quemar' y 'fascistas', si bien estas dos últimas frases no se
escucharon en el exterior».
Entre diez y quince minutos después se fueron los
manifestantes y con ellos la policía. Solo el agente que estaba al mando
se quedó hablando con el director, que no tenía conocimiento de lo que
había pasado dentro. Al ser preguntado por qué había cristales rotos
éste le respondió que ese desperfecto podía haber ocurrido cualquier
otro día.
En cuanto al forcejeo con una profesora que resultó
lesionada en tres dedos, según le han contado al delegado esta mujer no
ha puesto denuncia por ello. Y sobre una manguera que presuntamente mojó
un aula, esto ocurrió porque varias de las personas tiraron de ella y
se soltó un empalme que estaba junto a una clase, de ahí que se mojara
la estancia.
López-Iglesias insinuó que los menores que entraron en el
colegio podían haber sido «manipulados» por otros adultos que actuaron
como «instigadores». Tampoco descarta que se tomen más declaraciones en
los próximos días, pues la policía tiene el caso en fase de instrucción,
lo que permitiría ampliar el relato y evaluar mejor lo sucedido.
Preguntado sobre si los cuatro detenidos pertenecían a algún partido u
organización convocante de las protestas, no le consta que esto sea así.
El delegado calificó los hechos como «desagradables e
importantes, y hay que evitarlos. Insultos, provocaciones y daños a la
libertad religiosa no podemos consentirlos en una sociedad del siglo XXI
en una región tranquila y donde todos nos conocemos».
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