Jesús Gómez Romero
Plataforma de Villanueva de la Serena por la Renta Básica en Extremadura.
La economía capitalista
provoca la sociedad del desamparo, de los excluidos, de los pobres. Por eso, en
ella se combinan grandes fortunas en manos
de muy pocos con numerosas y extremas bolsas de pobreza. En la Europa de los
últimos años la precariedad laboral y los porcentajes del paro de larga
duración han hecho que estos sectores de la población no hayan podido acceder a
una vivienda del sector privado ni
conseguir otras muchas cosas como por ejemplo una alimentación
equilibrada.
Las nuevas tecnologías
manipuladas desde la gran globalización no supusieron beneficios colectivos,
como nos dijeron, sino que aumentó la expulsión de trabajadores de este mercado
a pesar de que aumentó la producción. La jugada fue perfecta: más beneficio con
menos obreros. Pero con una curiosa paradoja, que estos obreros excluidos, sí
consumían los productos de este mercado para beneficio de los responsables de
su exclusión. Este mercado NeoLiberal necesita muchos consumidores, pero cada
día menos trabajadores. ¿Cómo se entiende esto?
Y ahora nos hacemos las
siguientes preguntas: ¿Quién se hace cargo de los excluidos? ¿Quién les
dará de comer? ¿Quién les dará trabajo? ¿Y quién les dará una vivienda? La respuesta
es: El Estado del Bienestar. Que es una de las propuestas de la izquierda, pero
no con tanta timidez como se ha puesto en práctica en estos años.
Un Estado del Bienestar que
contemple una Renta Básica justa, es desde donde se deben equilibrar nuestras
sociedades basadas en una economía de mercado, puesto que cada día se
distancian más las dos clases sociales que existen como consecuencia de la
acumulación de capital.
El modelo económico actual
dice tener la solución frente a la
precariedad y la pobreza que pasaría por el aumento del beneficio empresarial,
por que así habría más inversión, más crecimiento económico y, por lo tanto,
aumentaría el empleo y el bienestar social. Sin embargo todos hemos podido comprobar
que no ha sido así. Por lo tanto la solución no vendrá, voluntariamente, de
quienes se llevan la plusvalía en el
mercado capitalista. Pues nunca se compadecen con la realidad en cuanto a los
problemas que ellos provocan: con una dualización creciente y una división del conjunto de trabajadores, apoyada por una
parte en un núcleo con empleos fijos y salarios elevados y, por otra parte, con
empleos cada vez más flexibles y precarios, contratos a tiempo parcial o por
obra, autonomos o empleados de empresas subsidiarias de la central que
subcontrata sus servicios, donde los derechos laborales y los salarios son más
precarios.
La propuesta de la Renta
Básica es una iniciativa para suavizar, en principio, lo expuesto
anteriormente, que deberá ser pagada por el Estado que es el que gestiona el
dinero público. Si el dinero es nuestro, nosotros pedimos el amparo de los
excluidos del mercado. Esta Renta Básica tiene unos rasgos que ya lo hemos
repetido muchas veces y características como para ser considerada un derecho
ciudadano, individual, universal e incondicional. Incluye a los emigrantes, es
individual y no familiar, no debe ser el resultado de la caridad ni de la
solidaridad. Es un derecho universal sólo por el hecho de ser ciudadano.
La Renta Básica se diferencia
de cualquier subsidio condicional al no exigirse ninguna contrapartida a
cambio. Por ejemplo, no se parece en nada a la Renta Mínima de Inserción que en
muchas comunidades Autónomas se otorga a familias sujetas a programas de
inserción en el mercado laboral.
Existen varias razones para
defender la Renta Básica dentro del Estado Español: permitirá
desarrollar las actuales prestaciones del Estado de Bienestar con mayor
justicia, eficacia y equidad; seguirá desarrollando la ampliación de los
derechos humanos, económicos y sociales; ampliará la libertad real de
los individuos para elegir trabajo y ocio según sus propios deseos; aumentará
el poder de los trabajadores al eliminar la división social entre precarios y
estables; ayudará a revalorizar una serie de actividades esenciales para
la sociedad, no retribuidas, como son el trabajo doméstico y el voluntariado; favorecerá
el reparto del trabajo doméstico entre los sexos; ayudará a comprender
que la produción de la riqueza actual no es individual sino social y, por lo
tanto, colectiva; permitirá superar las trampas del paro y de la
probreza; reducirá el control y los costos de administración, impidiendo
que gran parte del dinero de programas contra la pobreza sean absorbidos por la
burocracia. Al conseguir el rango de derecho ciudadano, eliminará
el estigma asociado a los subsidios condicionales; permitirá combinar el
derecho ciudadano a una vida digna con el derecho a un trabajo digno para quien
elija esta opción; aportará una respuesta parcial a las necesidades de
las personas que en el Estado Español no cobran prestación ni subsidios
algunos; brindará una defensa frente a las penosas condiciones que
imponen los contratos precarios, aprovechándose de las necesidades de millones
de personas.
Mientras esta situación penosa
se agudiza por todo el Planeta, aquí en Europa llebamos 15 años esperando
soluciones. Así prometieron en una de las últimas Cumbres sobre los pobres. En
un encuentro de los Ricos para hablar de los pobres, titulaba así los medios de
comunicación a dicho evento: “La Cumbre contra la pobreza le costará al
gobierno de Dinamarca casi tres billones de pesetas”. Los poderosos se
propusieron terminar con la pobreza mundial.
Para la celebración de esta
Cumbre se movilizaron 3.200 policías, agentes antiterroristas, 200 miembros de
la defensa civil, una escuadra de helicópteros, lanchas patrulleras y
buceadores de la Marina de Dinamarca que cuidan del puerto y los canales. Se
utilizaron 220 limusinas y 235 motos que estaban a disposición de esta Cumbre Social (que pretendía acabar con el
hambre en el Mundo) conducidas por soldados adiestrados especialmente para
cuidar de los 116 líderes mundiales que asistieron a este Gran Banquete.
Pero hubo algunas protestas
internas, muchos de los 20.000
participantes pensaban que esta acumbre estaba contribuyendo a reforzar la
división social, al mermar los bolsillos de los visitantes, pues la mayoría no
estaban acostumbrados al nivel de precios de un país que tiene uno de los
mayores índices de ingresos del Mundo. Periodistas y representantes de ONG's
también participaron en protestas contra este evento. Fueron 2.800 veteranos de
la prensa mundial los que cubrieron el acontecimiento, que la consideraron como
la peor reunión de su vida, por que para asistir al pleno de debates era
necesario un billete de entrada. Las ONG's y la prensa no tenían acceso a la
“zona noble”, que estaba reservada para las delegaciones de los 180 países
que participaron. Dicha “zona” estaba defendida por guardianes con
aspecto agresivo que mantenían la separación con tabiques desmontables
adornados con jardineras.
Y, como anécdota curiosa, el
ayuntamiento editó una guía de actos paralelos y de museos que contenía en siete páginas anuncios de “servicios de
escoltas”, con chicas elegantes y cultas que hablaban idiomas.
Las 10.000 plazas hoteleras de
la capital estaban reservadas para las delegaciones de los gobiernos, mientras
que las ONG's que participaron en esta farsa tuvieron que dormir en salas de
estar.
Algunos funcionarios, de
varios gobiernos se quejaban de las cantidades tan elevadas de dinero que tenían que dejar en depósito
para asegurar el alojamiento de su delegación y algunos países protestaron
internamente porque los organizadores cobraban
hasta por las frecuencias de radio que necesitaban los guardaespaldas.
De manera que frente a tantos
desajustes, tantas injusticias que aumentan día a día, y tanto despilfarro con
nuestro dinero, tenemos que organizarnos en las plataformas que existen en
muchos pueblos de Extremadura, para pedir Una Renta Básica, que se nos
pagará con nuestro dinero, para poder vivir con dignidad en un Planeta que está
cada día más problematizado como modelo de sociedad y que hace que los
poderosos cabalguen sin problemas.
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