“Más que nunca es fundamental la solidaridad internacional”, enfatiza el Padre Francisco Paco Oliva, uno de los principales referentes sociales del país, en entrevista con swissinfo.ch.
La
destitución del Obispo Fernando Lugo como presidente de Paraguay el viernes 15
de junio desató una gran inestabilidad institucional todavía
irresuelta.
El “Pai” Oliva (sacerdote en guaraní) jugó un rol decisivo en la movilización ciudadana que culminó en 1999 con la renuncia del antipopular presidente Raúl Cubas.
Identificado con la Teología de la Liberación, el padre Oliva, de 84 años, reside en un barrio popular y marginal de la capitalina Asunción y dirige numerosos proyectos sociales. Ha impulsado reconocidas iniciativas participativas como el Parlamento Joven y el Foro Solidario.
En entrevista con swissinfo.ch (vía telefónica desde Paraguay) analiza la situación que vive su país.
El “Pai” Oliva (sacerdote en guaraní) jugó un rol decisivo en la movilización ciudadana que culminó en 1999 con la renuncia del antipopular presidente Raúl Cubas.
Identificado con la Teología de la Liberación, el padre Oliva, de 84 años, reside en un barrio popular y marginal de la capitalina Asunción y dirige numerosos proyectos sociales. Ha impulsado reconocidas iniciativas participativas como el Parlamento Joven y el Foro Solidario.
En entrevista con swissinfo.ch (vía telefónica desde Paraguay) analiza la situación que vive su país.
swissinfo.ch: ¿Cómo interpreta el marco institucional en el que se da la destitución del presidente Fernando Lugo el pasado 22 de junio?
Padre
Paco Oliva: Somos una democracia parlamentarista. Y prácticamente desde la
elección de Lugo en abril del 2008, los dos partidos tradicionales, el Liberal
y el Colorado, han estado frenando al presidente, amenazándolo de juicio
político. La semana pasada creíamos que era una amenaza más. Pero la realidad
indicó que no fue así.
swissinfo.ch: ¿Esperaba el movimiento popular, la sociedad civil paraguaya, un desenlace político de esta naturaleza?
P.P.R.:
No. Nos pilló de sorpresa. En 24 horas se hizo todo y se procedió a su
destitución y al nombramiento al frente del ejecutivo de Federico Franco, hasta
entonces vicepresidente, y desde siempre con intenciones personales de
poder.
swissinfo.ch: Los medios ahora oficialistas hablan de proceso constitucional legítimo. Sectores populares y cada vez más amplios actores de la comunidad internacional consideran que se dio en Paraguay una ruptura de la constitucionalidad. ¿Cuál es su opinión?
P.P.R:
Es un golpe de estado parlamentario. Los partidos tradicionales encontraron los
30 votos que necesitaban y dieron la sentencia. Luego, lo que vino, fue un circo
puro. El veredicto hubiera sido el mismo con defensa o no de Lugo. Las
acusaciones no fueron presentadas por escrito. Y las pruebas eran simples
fotocopias de recortes de los diarios. La sanción contra Lugo había sido
decretada antes de comenzar el juicio.
swissinfo.ch: ¿La demisión de Lugo es un hecho irreversible?
P.P.R.:
Los sectores populares y campesinos no la aceptan. Pero, la fuerza la tienen los
dos partidos que ejecutaron el pseudo juicio exprés. Institucionalmente ya es un
hecho consumado.
swissinfo.ch: Es paradójico que el pretexto de la destitución sea un conflicto campesino, si se considera que Fernando Lugo, denominado “el Obispo de los pobres”, siempre se pronunció a favor del campesinado y la reforma agraria y llegó al Gobierno con el apoyo decidido de las fuerzas populares. ¿Los hechos que motivaron la destitución se tratan de una trampa de la extrema derecha contra Lugo o de una cierta ingenuidad política del ex- presidente?
P.P.R.:
Las dos cosas. Fue una trampa bien preparada ante la reacción-movilización que
comenzaba a protagonizar el pueblo, participando y enviando señales claras a la
clase política, especialmente a los partidos tradicionales de oposición. Les dio
miedo esta participación creciente y decidieron pararla. La mejor manera fue
decapitar al presidente a través del juicio político. Por otra parte, hay que
reconocerlo, Lugo fue flojo en la promoción de la Reforma Agraria. El pueblo,
el campesinado, la pedían cada vez con más fuerza, pero Lugo no se atrevió a
materializarla.
"Fue una Trampa": 'Pay' Oliva (Asociación Dos
Orillas)
swissinfo.ch: Varias de las naciones latinoamericanas, entre ellas Brasil y Argentina, no aceptan como válida la demisión de Lugo y el nombramiento de Franco. ¿Piensa que los Partidos Colorado y Liberal que apoyaron la destitución estarían dispuestos a reconsiderar esta nueva situación institucional frente a la presión de la comunidad internacional?
P.P.R:
De ninguna manera. Estamos en el campo de la politiquería. Franco ha sido un
vicepresidente de la oposición. Nunca va a reconsiderar nada y menos el Partido
Liberal que después de muchos años concreta su aspiración de tener un presidente
en el poder. Aunque en el fondo, el que va a salir ganando es el Partido
Colorado, que probablemente subirá al poder luego de las próximas elecciones de
abril del 2013.
Lo ocurrido es solamente un adelanto de lo que temíamos sucediera: el Partido Colorado estuvo 60 años sin interrupción en el poder. Lugo cortó esa racha. En el 2013 el Partido Colorado, casi con seguridad, volverá. Entre sus seguidores naturales y los votos que logre comprar hará todo para recuperar el poder perdido hace cuatro años. A no ser que la juventud se organice, se movilice y se imponga. Es la mayoría absoluta y después de este episodio trágico que acabamos de vivir institucionalmente en Paraguay, va abriendo los ojos.
Lo ocurrido es solamente un adelanto de lo que temíamos sucediera: el Partido Colorado estuvo 60 años sin interrupción en el poder. Lugo cortó esa racha. En el 2013 el Partido Colorado, casi con seguridad, volverá. Entre sus seguidores naturales y los votos que logre comprar hará todo para recuperar el poder perdido hace cuatro años. A no ser que la juventud se organice, se movilice y se imponga. Es la mayoría absoluta y después de este episodio trágico que acabamos de vivir institucionalmente en Paraguay, va abriendo los ojos.
swissinfo.ch: ¿Cuál es la mejor manera de expresar hoy la solidaridad internacional con la sociedad civil paraguaya? ¿Qué esperan ustedes de la sociedad civil del mundo entero?
P.P.R.:
¡Qué informen! ¡Qué expliquen lo que pasó en mi país! Que cuenten con detalles
cómo la sentencia de la destitución del Presidente Lugo estaba ya elaborada
antes del juicio. Que todo fue un circo, un teatro. También que sean
conscientes – y en este sentido se posicionen- que los perdedores son aquellos
que se beneficiaron con las conquistas sociales resultantes de la gestión de
gobierno de Lugo.
swissinfo.ch: ¿Más allá de los hechos puntuales, se corre el riesgo de una cierta ingobernabilidad estratégica en Paraguay?
R:
En el fondo, es necesario hacer una constatación clave: a los Estados Unidos les
molestan Hugo Chávez (Venezuela) y los otros dirigentes políticos que tienen
hoy en el continente una posición progresista. Y poco a poco, promoverán su
partida, sea como fuere.
Brasil, si se conserva como ahora puede ser un freno. Pero no olvidemos que Brasil fue y es un imperio con intereses propios. No me refiero al pueblo brasileño, a los campesinos, a los sin tierra, sino a la política exterior de ese país que funciona a la perfección y que tiene aspiraciones de expansión…
Brasil, si se conserva como ahora puede ser un freno. Pero no olvidemos que Brasil fue y es un imperio con intereses propios. No me refiero al pueblo brasileño, a los campesinos, a los sin tierra, sino a la política exterior de ese país que funciona a la perfección y que tiene aspiraciones de expansión…
swissinfo.ch : ¿Qué es es lo más importante que pierde Paraguay con la destitución de Lugo?
P.P.R.:
Es un golpe muy fuerte al proceso que estaba naciendo en el pueblo para mejorar
sus condiciones de vida, su cotidianeidad. Sin olvidar que un amplio sector de
esos sectores populares, viven hoy en la más total extrema pobreza.
swissinfo.ch: Para concluir: ¿cómo valora la gestión de Fernando Lugo durante su presidencia de casi cuatro años?
P.P.R.:
Con muy buenas intenciones, aunque bastante ineficiente y mucha ingenuidad en su
gestión.
Sergio Ferrari, swissinfo.ch
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