La crisis golpea con fuerza a los más pequeños. Los datos son alarmantes. Por primera vez en la historia, los niños se han convertido en el colectivo más afectado por la crisis económica en España, según un reciente informe de Unicef, que pone de manifiesto que en nuestro país viven casi 2,2 millones de niños en pobreza relativa.
El 17,1% de los menores en España viven por debajo del umbral de la pobreza (15.820 euros anuales para una familia de dos adultos y dos niños), una tasa que sitúa a nuestro país como el cuarto de la UE con la proporción más alta de niños pobres, por detrás de Rumanía, Letonia y Bulgaria. Aumenta también el porcentaje de niños que viven en hogares con una privación material severa y de los que viven en hogares que sufren pobreza crónica.
Empeoramiento de sus condiciones de vida, de la calidad de su alimentación y de su educación y dificultad para costear tratamientos médicos no incluidos en el sistema público son algunas de las consecuencias de la crisis económica que ha provocado que el número de hogares con todos sus miembros adultos en paro crezca un 120% entre 2007 y 2010, según Unicef.
Cruz Roja inicia este mes de junio un nuevo plan de reparto de alimentos para las familias que peor lo están pasando que incluye lotes infantiles de cereales, leches de continuación y potitos.
"Mi marido y yo estamos en paro. Vengo al reparto de alimentos porque tengo un niño de cinco años y tengo que asegurar alimentos básicos para casa como leche, galletas, arroz o pasta". Así tengo la tranquilidad de que mi hijo va a poder comer cada día, cuenta a RTVE.es Graciela, que se lleva su carro lleno de comida de una de las sedes de Cruz Roja.
Yolanda Cagigal, trabajadora social de Cruz Roja, asegura a RTVE.es que la prioridad absoluta para ellos son las familias con niños pequeños. Además del reparto mensual de alimentos, una vez al año entregan pañales a los que no pueden hacer frente a este gasto imprescindible.
"Mis hijos comen peor que antes"
Joaquín tiene 37 años y no llega a fin de mes desde el pasado mes de noviembre cuando perdió su trabajo como técnico en control de plagas. Está divorciado y lamenta que sus hijos de 4 y 9 años paguen por la crisis. "Solo compro comida el fin de semana que me toca estar con ellos y de peor calidad. Mis hijos comen peor que antes", cuenta a RTVE.es este joven."Los niños son pobres porque viven en familias pobres que no pueden hacer frente a los gastos mínimos mensuales y eso, desgraciadamente, cada vez es más habitual", ha explicado a RTVE.es la coordinadora en Madrid de la Red Social contra la pobreza y exclusión social, Gabriela Jorquera.
Paco, un cocinero de 44 años, también reconoce que sus dos hijas se alimentan peor que antes. Está en paro y cobra la ayuda para desempleados sin prestación de 426 euros. "Pago la hipoteca, las facturas y no me da para más. Los postres ya son un lujo", dice.
Martina acude cada noche con su hijo José, de seis años, a cenar al comedor social para menores que la Asociación Mensajeros de la Paz ha abierto en Embajadores (Madrid). Allí se da cada tarde apoyo escolar a 100 niños. Tras estudiar llega la hora de la cena. Permiten que o bien el padre o la madre puedan cenar con los pequeños.
Desde el centro aseguran que la mayoría de la población que acude al centro es inmigrante pero cada vez hay más españoles que se ven en una situación límite por la crisis.
Dulce Jiménez, una de las trabajadoras sociales del centro, se indigna por la situación de muchos niños: "Los ciudadanos de a pie no somos culpables de la crisis pero, desde luego, los niños menos". "Hay dinero para Bankia pero aquí viene gente que no tiene que echarse a la boca", denuncia, mientras separa alimentos y prepara las bolsas para repartir a las familias.
Problemas para comprar el material escolar necesario
En los colegios la crisis también ha invadido las clases "Muchos alumnos no traen material tan básico como cartulinas, pegamentos o cuadernos", ha explicado a RTVE.es Alicia Jiménez, de la Asociación de Padres y Madres del colegio Max Aub (Valencia). No preguntan demasiado a los niños porque saben la respuesta en la mayoría de los casos: " No hay dinero en casa". El objetivo es no estigmatizarlos cuando se sabe o se intuye que en su casa hay dificultades económicas.Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos denuncian la reducción o supresión, en muchos casos, de becas de transporte escolar, de libros y de comedor. "Es dramático escuchar a un padre decir que borra a su hijo de una actividad extraescolar porque no puede pagar 10 euros, pero esto está pasando en los centros", ha afirmado el presidente de la CEAPA, Jesús Sánchez, quien también habla de problemas para comprar los uniformes o ropa deportiva de los alumnos.
El informe de Unicef 'El impacto de la crisis en los niños' alerta de que las administraciones han incluido como medida de reducción del déficit público la supresión de ayudas a las familias. También critican el endurecimiento de las condiciones para acceder a ellas.
Los niños perciben los problemas derivados de la crisis
Los niños que van a cenar al comedor social de Mensajeros de la Paz en Madrid entran felices cada tarde y se sientan en las mesas de colores. "Ellos no deben darse cuenta de la situación en la que están sus familias, así que aquí nada de penas, todo alegría y juego", cuenta a RTVE.es Dulce Jiménez, trabajadora social.Los más pequeños perciben y, en ocasiones sufren, el incremento de estrés de los adultos y muchos pueden llegar a sentirse culpables de la situación creada, lo que afecta a su rendimiento escolar.
"La situación es dramática, cuando acabe la crisis quedará mucha pobreza estructural", ha manifestado la coordinadora en Madrid de la Red Social contra la pobreza y exclusión social.
Ningún niño seguramente conozca el significado del concepto 'crisis de deuda' pero, según Unicef, mucha deuda contraida a altos intereses (la de a largo plazo) repercutirá como parte de una "hipoteca social" que hace que cada niño que nace en este momento en España lo haga con una deuda pública de 15.570 euros. Atrás quedó el nacer "con un pan debajo del brazo".
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